14/6/12

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Las palabras, con la flexibilidad que proporcionan sus diversas acepciones, nos nutren. Dejarnos confundir por las palabras es uno de nuestros riesgos y defectos, no un enviciamiento al que ellas nos someten. Lo obvio o dado por entendido, aquello que denominamos elemental, preserva un sentido más profundo, autoelaborado y magmático: el reconocimiento de la materia que forma la naturaleza y las cosas. La que nos hace percibir los elementos de que están compuestos los mundos a través de los que nos movemos. No somos elementales por simples, sino por todo lo contrario. Porque late dentro de nosotros una subconsciencia intensa e intrincada.



2 comentarios:

  1. Hola, me llamo Manuel y acabo de leer tu entrada y he sentido un sincronismo con tus palabras. Me estoy leyendo un libro de Aurelio Arteta "Tantos,tontos,tópicos y te enseña a tener cuidado del lenguaje que utilizamos y del poco analisis que efectuamos al escuchar. Te dejo un enlace a mi blog, soy compositor y pongo mis canciones gratuitas para todos. Un saludo. www.manuelalvarezcompositor.blogspot.com

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  2. Justo eso... Lo dijiste muy bien, y mira que no es nada fácil.

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