Te acuestas con la claridad de que estás inmerso en una farsa. Te levantas por la mañana con la alarma de que sigues (te tienen) en una farsa. Solo los sueños ponen un punto indócil de realidad evanescente. Queda por delante el resto del día, soportando farsantes.
Lo triste es que esto ha sido así de toda la vida aunque algunos crean lo contrario, sustituyeron o ampliaron el concepto divino al el concepto político algo inevitable de nuestra mente evolutiva y proyectiva. Ambos son producto de una sociedad y por tanto tenemos lo que nos merecemos, por idiotas.
ResponderEliminarAsumir que uno es eso…. idiota…… ya es todo un primer paso ¿no crees?Bsss.
Errata, quería decir: al concepto político, sobra "el". Jaja, abundando.
ResponderEliminarCoincido con emejota... Y por lo que respecta a tu texto, qué contundente es siempre darnos una hostia en los morros, ¿verdad? O que nos la den. O que nosotros hayamos dejado que nos la den.
ResponderEliminarY si te llamas Lázaro y te invitan a que te levantes con un imperativo... ... ...mejor seguir durmiendo.
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