Es inclemente el paso del tiempo en el individuo. No me refiero a la imagen global y a la apariencia física, sino a la memoria. Da cierto temor pensar que cuando te encuentras con gente del pasado por la calle se produzca algún tipo de borrosidad en nuestra mente sobre nombres, ubicaciones y anécdotas al rememorar o interesarnos por otras personas. ¿Es que no nos acordamos por defecto de la edad o porque en su momento no significaron tanto para nosotros? No, cada ser, acontecimiento o sentido de otros tiempos no quedaron grabados en el mismo plano de importancia, aunque nos vinculara una camaradería alegre y un entrañamiento fastuoso.
30/9/14
17/9/14
476.
Nuestros prohombres, bien los que asientan sus posaderas en lo público como los que lo hacen en lo privado -¿o acaso es prácticamente lo mismo?- creen tener controladas sus corrientes sanguíneas. No sé cada cuánto se harán reconocimientos para asegurarse su buena salud, ni si meditarán sobre los límites de la existencia, ni si reflexionarán sobre la conducta más honesta por la que regir sus actos. Probablemente sí, pero ellos viven en otro mundo donde salud, visión de la vida y ética se rigen por parámetros que nada tienen que ver con los de otros hombres. El negocio y el poder -dos características vinculantes- es una supraesfera reservada para los elegidos. No obstante, si bien la idea que tengan sobre el vivir y los comportamientos morales son fáciles de conducir como el ascua a su sardina, el capítulo de la resistencia del organismo siempre esconde el secreto de sumario reservado a cualquier cuerpo. Y que pasa cuenta. Pero ellos, tan ufanos. Hasta que...
16/9/14
475.
Como tratando de conjurar el vacío definitivo, los hombres hablan de las magníficas obras de los grandes hombres desaparecidos. Naturalmente, solo se expone el lado luminoso de tales personajes, jamás el lado oscuro, que nunca podría ser objeto de elogio. El fracaso de la vanidad es que se pretende esculpir estatuas de un solo rostro. Objetivo probable como estatua pero misión imposible como memoria humana.
15/9/14
474.
Los humanos extienden su manto de vanidades más allá de la vida en sí misma. Como un reflejo de cuanto se ha ensalzado en vida sin regatear elogios, exaltaciones y soberbias varias, los aparatos mediáticos, institucionales y de empresas siguen fomentando una vanidad a la memoria de ciertos muertos. Lo estamos viviendo estos días en que han fallecido algunos de los más preclaros hombres de poder y de riqueza. La vanidad de las palabras tratan de ocultar las cenizas o la descomposición de los cadáveres. El fin de un individuo no entiende ya de vanidades, por mucho que se empeñen los interesados en el negocio.
8/9/14
473.
Bendita herramienta para grandes extensiones. Si lo lanzas y no consigues acertar en la presa, el bumerán retorna a ti. No solo es un útil, es el método.
7/9/14
3/9/14
471.
Nunca estuvimos tan cerca de interpretar el Norte y,
sin embargo, nunca tuvimos tanta dificultad para utilizar las herramientas
que nos permitan saber hacia dónde deberíamos ir.
¿O acaso no es tanto cuestión de manejo de medios
como de voluntad para disponer de ellos de modo razonable y audaz?
Cuidado con el encerradero en que se nos está recluyendo.
Podríamos acabar no sabiendo quiénes somos, para qué estamos
y qué garantías de vida podemos tener.
Una vez más, Manuel Vizoso expone, con su obra, sus propias dudas.
2/9/14
470.
¿Quiénes dirigen las vidas de los hombres? ¿Los osados o los pusilánimes? Probablemente los mediocres y los aprovechados. Es decir, aquellos a quienes nada importamos. Los mejores permanecen anónimos y acaso no se revelen nunca. Tampoco ninguno de aquellos otros se lo permitirían.
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