29/2/12

17.

Al remover el café la cucharilla agitaba pequeños círculos concéntricos de negrura. Ha sido tras ingerir el contenido de la taza cuando he visto entre los posos la sombra del hombre de las nieves.



28/2/12

16.




Después de escucharlo tantas veces uno llega a la conclusión de que la esencia del mensaje de aquella secta se resume en una sola frase que, además, resulta una coartada: "Mi reino no es de este mundo". Es así como, consecuentes con su retórica, quienes erigieron la secta construyeron una ciudad dentro de la ciudad, un Estado dentro del Estado, una sociedad dentro de la sociedad. Lo cual les ha permitido beneficiarse de todos los bienes que la administración de lo público genera, sin pagar en absoluto por ellos.




27/2/12

15.



El fallecimiento de un amigo me obliga a contemplar los restos de su escuálida materia. Pienso en ese momento que un cadáver es el ser más robado de la naturaleza. Pero, ¿qué digo? Esa desposesión del ser es el hurto mismo que comete la naturaleza.





26/2/12

14.



No considero los términos locura y loco como vocablos concluyentes. Como no lo son humanidad ni humano. Pero hay algo en la concepción socialmente admitida que reduce los primeros a su mínima expresión y concede a los segundos todo el campo posible, aunque sea arrasador. Ancha es Castilla, que decía el refrán. ¿La sociedad será un efecto de la mente o la mente una consecuencia de la sociedad? Dudo que el dilema esté resuelto.



25/2/12

13.

He subido a un autobús urbano que pasa por el manicomio. Sé que esta palabra es dura, que está cargada de connotaciones antiguas y no es políticamente correcta. Uno piensa enseguida en el cuadro de Goya, o en algo más cercano: hombres que chillan mientras se sujetan a los barrotes de un edificio decrépito allá por los años de infancia en Berlín. Todo ha cambiado en su forma, menos la locura en su fondo. En cierta parada se suben una quincena de individuos que vienen juntos pero que no hablan entre ellos. Todos muy adaptados a las circunstancias. Pican su boleto, pasan al interior, se asen a las sujeciones. Me he mirado de frente con varios de ellos. Mantienen la mirada con el ceño fruncido, los rostros pasivos, los ojos extremadamente abiertos. Probablemente pasen desapercibidos, lo cual se considera un triunfo por parte de la psiquiatría al uso y para tranquilidad de la sociedad del bienestar. En la parada que hay delante del hospital se vacía medio autobús. Lo que no he logrado entender es por qué me bajé yo también con ellos; tuve luego que ir andando a casa. Pero me invadía un sosiego interior asombroso.

  

24/2/12

12.




Leo en su Spleen esta ironía y sutileza de Baudelaire: "¿qué puede importarle la condenación eterna a quien por espacio de un segundo ha alcanzado la infinitud del goce?" Dicho así, parece un problema de pulso entre dos infinitudes, o acaso de una elección obligada. Pero el error de la oración consiste en que se parte de presupuestos diferentes. Por una parte, el tiempo de la condenación eterna se evapora en su propia condición de inexistencia. La comprobación del goce, por muy transitorio y efímero que éste sea, ratifica por el contrario una faceta de nuestra materialidad. El problema se plantea cuando la persecución del goce deviene en condena, sobre todo si no se satisface del todo nunca. El poeta sabe de qué habla.



 

23/2/12

11.

Qué graciosa esa frase solemne: el tiempo es valioso. ¿El tiempo como valor? ¿Acaso el tiempo sabe de sí mismo y se pone un precio?

22/2/12

10.


He comprobado que los que más hablan de la muerte buscando consolación son los que más la temen con desesperación. Es una actitud muy propia de clérigos. Incapaces de aportar ningún elemento nuevo que pudiera demostrar algo que la materia ya se encarga de probar ordinariamente con contundencia, repiten siempre los mismos lugares comunes. Su patetismo, remitiendo siempre a ciertas cartas de aquel farsante que dicen que tuvo su caída del caballo, es penoso. Recuerdo cierta conversación en un entierro reciente. Como tras la ceremonia obligada se suscitara un pequeño y distendido debate sobre la cuestión ad hoc, uno de los hijos del fallecido, fracamente posicionado en su ironía dijo: porque, a ver, ¿qué es lo que hay después de la muerte? Y el más viejo del grupo de conversadores le respondió en tono jocoso: lo mismo que antes de la vida. Francamente, el de la caída del caballo habría pinchado en hueso con esta gente.  


21/2/12

9.


¿Por qué los hombres usamos y abusamos tanto de los animales hasta llegar incluso al maltrato? Los amantes de la tradición dicen: es una práctica antiquísima y arraigada. Los bienpensantes: los hemos necesitado para nuestro progreso (deben querer decir provecho) Los creyentes: los animales son inferiores a los humanos (¿quién designa la inferioridad o la superioridad?) Los farsantes: el Creador nos hizo diferenciados de ellos (el acontecimiento bíblico de Noé y el arca les ha servido para sentar harta propiedad de la especie elegida sobre las humilladas) Los pragmáticos: tenemos que comer y obtener proteínas (con esa práctica de canibalismo sobre otras especies el ser humano disimula el propio) Los mercaderes: la clientela demanda carne (hay otra variante: el público demanda espectáculo) Conclusión: no existe reconocimiento de maltrato alguno. Todo se justifica. Pero, puesto que la frontera entre el ser animal y el ser humano no es tal, que nadie se sorprenda de los propios crímenes que ejecutamos culturalmente con nuestros congéneres.

20/2/12

8.



La economía de nuestro tiempo se mueve entre la metafísica y el arcano. De la metafísica hereda la propiedad de mirarse al ombligo sin llegar a explicación convincente alguna. Del arcano recibe una particularidad que hace que su comprensión permanezca inaccesible para casi todos los humanos.

7.



La ineptitud de los políticos que gobiernan en nuestra época es directamente proporcional a la publicidad con que enuncian sus promesas. Son conscientes del fiasco desde el momento en que prometen. Confían en los recursos dolosos para que los ciudadanos entren al trapo. Pero no hay manera de que sean conscientes de su ineptitud.

19/2/12

6.



Cuando oigo la palabra sacrificio siento que el pecho se me abre en canal. O mejor dicho, que me lo abren de arriba abajo. ¿Habéis pensado la variedad de acepciones que conlleva? Terrible vocablo cuya frontera entre lo metafórico y lo real apenas existe. O peor aún: donde lo simbólico puede traducirse en acción práctica sobre otros (animales u hombres) Aún más grave: donde lo ejecutado físicamente se eleva a categoría de símbolo. ¡Como si no hubiera sucedido nada!

18/2/12

5.


El animal que tropieza dos veces en la misma piedra, se dice del hombre. ¿Qué será lo que le pierde al hombre respecto a otros animales? Tal vez la insistencia en la persecución de objetivos. Pero los animales también los persiguen...Acaso no haber valorado las razones por las cuales se tropezó anteriormente. Pero hay gente que las considera y, no obstante, repite los errores...¿La fragilidad de la memoria, entonces? Mas la memoria no es frágil. Lo débil consiste precisamente en negarla. La recaída del hombre reside en la ansia que manifiesta por conseguir aquello que persigue. 

4.

Tropezar dos veces en la misma piedra. ¿No será que nos ponen demasiadas veces la misma piedra delante?

17/2/12

3.



Nuestras sociedades se han llamado a sí mismas durante los dos últimos siglos productivas. Hoy habría que añadir que también pueden denominarse consumidoras y consecuentemente despilfarradoras. No estoy pensando solo en la economía doméstica, donde cada uno sabe lo que aprovecha y lo que tira. Pienso sobre todo en las grandes producciones industriales,   que suelen acabar en enormes despilfarros.  En la industria de armamento que, al cabo de un tiempo queda anticuado, y donde las grandes potencias o bien sacan sus stocks al mercado de segundos o terceros países, o se pudren en arsenales inútiles, con su coste en almacenaje y riesgo. Otro tanto podría decirse de las obras públicas infrautilizadas, de la fabricación de medicamentos superior a la demanda y que queda obsoleta, o de los excedentes de cultivos, por citar algunos ejemplos. El panorama es extenso. A nuestras sociedades el tema les supera, sobre todo porque no tienen capacidad decisoria prácticamente. Subsidiarias del todopoderoso mercado, no saben ni pueden poner coto al despilfarro generalizado. El objetivo no es cubrir necesidades y proporcionar satisfacción a los individuos. El objetivo es la Bolsa de valores.

16/2/12

2.



Puede que el progreso no haya existido y solo se trate de un concepto moderno, que ahora tratamos de justificar. Acaso la vida  -la llamamos también Historia para circunscribirla a los hombres y sus hazañas épicas-  haya sido un relato de palos de ciego, un tropezar una y otra vez sobre la misma piedra y un acertar por casualidad. Como hemos llegado hasta donde estamos, y en ciertas partes del mundo que llevan la voz cantante no les va tan mal como a sus partes antípodas, lo llamamos progreso. La progresión es otra cosa, nada clara para los tiempos de incertidumbre que se avecinan.

15/2/12

1.



El progreso no hubiera existido sin la blasfemia. Los yunteros y los arrieros azuzaban a los animales con sus exabruptos al cielo. Gracias a ellos  -a los bueyes, a los hombres y a los improperios-  la tierra se abrió y dio frutos y los caminos se anduvieron. 


14/2/12

sonando a Malevich



No es Malevich, pero podría serlo. Los elementos que recreaba en sus lienzos también están aquí. No es nomenclatura de física, pero afirmar que una partícula altera el peso de la masa, ¿es ir descaminado por los territorios de la física más convencional? Al fin y al cabo, el arte y la escritura son hijos de la materia. No soy yo quien se inventa una lucha de conceptos. Pero ante los acontecimientos y el tiempo que vivimos, en que una enorme masa negra parece dispuesta a arrasarlo todo, ¿quién nos dice que una sencilla pero eficiente partícula roja no puede variar el rumbo de la densa esfera?