Luminosos estos dos versos del poeta brasileño Lêdo Ivo, fallecido hace pocos días:
Cambio y soy siempre el mismo,
igual que un disparo al azar.
La permanencia de la esencia del ser. Solamente las formas o atributos dinámicos -manifestaciones físicas del cuerpo, el pensamiento y las ideas, expresiones emocionales y afectivas...- son cambiantes. Cambian para que permanezcamos. Después de todo nuestra esencia reside en ser hijos del azar.