19/2/12

6.



Cuando oigo la palabra sacrificio siento que el pecho se me abre en canal. O mejor dicho, que me lo abren de arriba abajo. ¿Habéis pensado la variedad de acepciones que conlleva? Terrible vocablo cuya frontera entre lo metafórico y lo real apenas existe. O peor aún: donde lo simbólico puede traducirse en acción práctica sobre otros (animales u hombres) Aún más grave: donde lo ejecutado físicamente se eleva a categoría de símbolo. ¡Como si no hubiera sucedido nada!

1 comentario:

  1. Hablar de sacrificio de todos cuando algunos están encendiendo puros con billetes de 500 euros merece una revolución con guillotinas. Sin más.

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