Se constata entre la ciudadanía un estado de desconfianza creciente. El recurso, una vez más, a la mentira, en cualquiera de sus variantes (engaño descarado, embuste grosero, verdades a medias, decirse y desdecirse, falta de claridad o, como dicen ahora, de transparencia) ni habla en favor de los gobernantes ni calma la ansiedad de los gobernados. Menos eufemismos, menos hoy dije digo y mañana donde dije digo etcétera, menos tiempos muertos, menos ocultaciones, menos aquí no pasa nada...¿Es tanto pedir? Sumidos en el desconcierto no se va a ninguna parte. ¿O lo que pretenden es que no lleguemos a ninguna parte para que el tiempo, como el espacio, como los bienes, como la vida, sea patrimonio de la minoría avara e insaciable? Les niego el derecho a disponer de mi presente. Les incapacito para planear mi futuro.
Hola Fool!
ResponderEliminarEstá en nuestras manos, como sociedad, en cambiar las reglas de juego y hacer que quienes nos gobiernan representen de verdad nuestros intereses...
Beso grande!
RoB
Seguro que alguna vez has visto esos perrillos que corren en círculos intentando atraparse el rabo...
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