24/5/12

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No me tengo ni por un pertinaz colérico ni por un iracundo recurrente. Pero qué difícil es poner a salvo el hígado de la sucesión de medidas nada cautelares que nos aplican cada mañana los aprendices de brujo de la economía y de la política. Importante activar dentro de la mente un órgano depurador de tanta toxina ideológica con que nos obligan a comulgar como si de ruedas de molino se tratase.




1 comentario:

  1. Muy mal me sientan a mí esas ruedas de molino. Hasta puede que ya me esté intoxicando.¿Habrá antibióticos ideológicos, que desinfecten las mentes de tantos?

    Un saludo.

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