A veces aparece en la prensa la esquela necrológica de algún antiguo jefe, con el que tuviste más duras que maduras. Por supuesto, se despliegan en tu mente recuerdos del pasado, con todo su arco sufridor de conductas llevaderas o desagradables. Pero, sobre todo, se percibe un extraño regusto al confirmar que su poder era revocable y a la postre efímero. El club de la comedia de esta vida siempre tiene sus días contados para cada comediante.
Esas situaciones nos ponen a prueba. Nos hacen ver qué lado de nuestra propia naturaleza prevalece.
ResponderEliminarUn abrazo.
Celebro no ser la única en haber sentido esa íntima e inconfesable satisfacción.
ResponderEliminarUn saludo.
Es cierto.El poder y la crueldad tienen finitud.Por suerte.
ResponderEliminar"El club de la comedia tiene sus días contados para cada comediante"
Tal cual.Buena reflexión.