Múltiples o uno, los dioses siempre han exigido sacrificios y los hombres han entrado al trapo. El problema de los hombres no son los dioses sino los otros hombres que obligan a someterse a ellos. Si se desmontase la estrategia de estos otros hombres las ancestrales creencias quedarían en fútiles e incluso inútiles del todo. Pero, ¿hasta qué punto quieren los humanos desembarazarse de los sometimientos? Tal vez cuando asuman que no se les pide solo un ejercicio simbólico del sacrificio, sino cuando entiendan que el sacrificio -cuya más elevada representación es la hecatombre sangrienta de millones de individuos, como ha probado el acontecer de la historia en múltiples ocasiones- se persigue para obtener oscuros y siniestros fines de las castas.
Sí, el problema del hombre son "los otros hombres". Ese es el problema esencial. Se articulan sistemas; ideologías en las que creer y a las que seguir. El hombre necesita someterse a ellas, aunque se le exijan sacrificios. Algunos le llaman "necesidad de TRANSCENDER". Claro que esto tiene su función, que deriva en el reforzamiento de una casta. Pero instalarse en un lógico escepticismo es algo que sólo hacen unos pocos, porque resulta un posicionamiento un tanto incómodo y precario. A la postre, existe necesidad de certezas, aunque sean equivocadas.
ResponderEliminarUn saludo.
Creo que para que la humanidad deje de interpretar literalmente el "mandato" divino debe alejarse muchísimo más de su naturaleza bestial. Debe evolucionar "hacia a dentro, hacia el otro y hacia lo alto". No sé si logro explicarme...
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