19/4/12

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Aunque me gusta recorrer la ciudad andando, lo cual permite que trace caprichosas líneas y geometrías dispares con mis pasos, hoy he cogido la llamada línea circular del autobús. Es el círculo más irregular que uno pueda imaginarse, sobre todo si se pillan obras públicas o cortes de calles por manifestaciones varias. Al final llegué a la conclusión de que lo circular debe residir en la dinámica imaginaria que adquiere el propio medio de transporte. En realidad, los pasajeros tienen que partir de un vértice y terminar en otro o, como mucho, en el mismo de origen. No hay sesión continua como en los cines de antaño por el precio único del tique. El círculo no posee aristas. Pero el coste de los medios públicos de transporte tienen las aristas extremadamente afiladas. Los usuarios empiezan a sentir los cortes que se efectúan con ellas.  


2 comentarios:

  1. Me enervan esas subidas en los precios de los consumos de la gente corriente. ¿Por qué siempre todo el peso en el trabajador? ni un sólo rico cogerá habitualmente el transporte público...

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  2. agénciate una chiva (bicicleta)
    tanto ahorras como haces bien a la salud
    saludos

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