10/4/12

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Estamos acostumbrados a cohabitar con la inercia de nuestras facciones. Vivimos rendidos al enigma de nuestras recónditas expresiones. Nos vemos condenados a necesitar a otros que nos traduzcan el rostro que se nos niega.  



1 comentario:

  1. Los otros nos proporcionan información valiosa, pero no toda desde luego.

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