28/4/12

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De una manera u otra, todos tenemos cuentas pendientes. Lo que espera la naturaleza de nosotros es la más decisiva, no obstante no sepamos con claridad qué es. La satisfagamos o no, ella seguirá su curso porque no tiene límites en su expansión. Las cuentas pendientes con la naturaleza no son satisfechas con un simple, esforzado e intenso acto de voluntad, por mucho que lo intentemos. Con esto no digo que neguemos la aplicación a las cosas de nuestra voluntad. Aplicar la voluntad suscita un desarrollo del tesón, de la habilidad y de la agudeza. Pero tengamos siempre presente que, antes o después, o acaso de manera continua si bien sigilosa, nos desbordará el azar, lo imprevisto y alguna capacidad superior que no controlemos. Estas son manifestaciones implícitas en la materia más honda de la naturaleza. No debemos percibirlas necesariamente como fuerzas enemigas, más bien atender cualquier leve gesto de sus demostraciones. Deberíamos ver de manera más sencilla y diáfana que nuestra mera existencia es ya una cuenta pendiente. Tal vez en esa conciencia encontremos una cierta seguridad que nos haga vivir con los pies en la tierra.


  



2 comentarios:

  1. Después de sentirme retratado en tu anterior entrada solo me faltaba vivir con los pies en la tierra.
    Un saludo.

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  2. la Tierra seguirá su curso siempre, más allá de lo que hagamos, sin embargo, esto no debe desanimarnos, quienes amamos la Tierra y todos sus frutos, también amamos poder ser instrumento en su continua expansión, tal como dices "nuestra mera existencia es ya una cuenta pendiente".

    tienes un blog muy particular, me encanta!

    un abrazo.

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