Los sueños, esos argumentos imprevisibles e incontrolados de la noche. Las pesadillas, esos voceríos energúmenos que destemplan los argumentos y nos aproximan a nuestro lado consciente. Lo que hace que no distingamos con claridad qué es reflejo de qué. O que acaso nos aclare luminosamente dónde radican las verdaderas pesadillas.
Claramente, aclaración. Bs.
ResponderEliminarMi única pesadilla siempre es la misma. Creo recordar que fue con ocho años cuando comenzó a bucear en mi subconsciente. King-Kong alguna noche me atrapará, estoy convencido de ello. Otra cosa son los espejos, pero ya habrá tiempo para hablar de ellos.
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