Suele hablarse -la mayor parte de las veces es un tópico, una parte menor es indagación y pensamiento más o menos ideologizado, otra más pequeña es ciencia en curso- del misterio de la vida. Es frase recurrente pero contiene su verdad, obviamente. El verdadero quid de la existencia para nuestro sentido y ejercicio de crecer en este mundo no está tanto en saber por qué somos y cómo somos. Que también es necesario y, acaso definitivo, pero cuyo debate no nos proporciona instrucciones del saber vivir. Al fin y al cabo hay una cadena causal, intreractiva, entre materias diferentes, entre especies y medios donde se desarrollan, de la que somos expresión y formamos parte. El ser que devenimos no cuenta como factor sino de manera muy localizada y dirige su mirada al futuro. No olvidemos, no obstante, que somos una minúscula molécula, aunque procedamos de factores anteriores que nos desbordan y no interpretamos. La cuestión clave para lo práctico, para nuestra conducta cotidiana, donde debemos encontrar el sentido de estar aquí, reside en que lo que fue un mero suceso en un momento dado -nacimos- se convierta en un acontecimiento que debemos aprovechar y enriquecer. Si descubrimos la manera de vincular suceso y acontecimiento no digo que alcancemos la felicidad (harto improbable tocar los conceptos absolutos como éste, que estimulan emocionalmente unas veces y otras nos hunden) pero sí un grado de armonía, cordura y temple para que avanzar en edad no sea una frustración, sino más bien un acto de gratitud con nosotros mismos.
Absolutely. Bs.
ResponderEliminarBueno, no sé si estoy muy de acuerdo en que nacer sea un simple suceso. Más bien me parece El Acontecimiento y la vida una sucesión de sucesos, que aprovechamos mejor o peor...es mi opinión.
ResponderEliminarMe parece muy acertada tu reflexión... yo tuve una "revelación" en su día. Si te interesa, échale un pequeño vistazo: http://utopazzo.blogspot.com.es/2010/08/que-es-la-vida.html
ResponderEliminarSaludos cordiales.