29/7/12

269.






Si hubiera consciencia de la vida ajena y ficticia entre los adultos lo llamaríamos juego. Acaso el precio fuera también lúdico: los desencuentros se solucionarían cambiando de juego y los conflictos podrían superarse alterando las reglas con el mismo aliento que acuerdan los niños. Pero esta carta de asimilación severa que concedemos a lo real nos mata. Literalmente, incluso. Todo es verse en la tesitura. Miremos la geografía o, mejor, la geopolítica del mundo a nuestro alrededor. Sin olvidar nuestra casa.


  

2 comentarios:

  1. ¿Y no crees que así es? todo juego...

    ResponderEliminar
  2. La superabundancia de humanos sobre la tierra hace que nuestro valor como individuos baje en el mercado.

    ResponderEliminar