Pero yo sé que la escultura sobrevive. ¿De qué manera? Haciéndose nuevamente, en silencio y desde el eterno origen. Mi amigo el escultor gomero entendió hace años que para sacar la imagen de la piedra hay que entrar en la misma piedra primero. Entablar un diálogo con ella, reconocerla, preguntarla. Cierto que obra a su favor la variedad de materiales maleables y bellos que el vulcanismo ha proporcionado y puesto a sus pies. Prolongando la orogenia natural el escultor rehace la talla. Mantiene ese proceso de orogénesis, donde la mente y la mano humana son herramientas e intérpretes.
Me hubiera gustado tener ese enorme poder de sacar vida y belleza desde la roca en bruto.
ResponderEliminarUn abrzo
Devastar, sacar el alma contenida en la piedra. Te debo una reflexión, llegará...
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