El conocimiento no aporta felicidad. Sí produce ciertas satisfacciones. Por ejemplo, cuanto más exploro la intrahistoria de mi país me embarga una suerte de entusiasmo, acaso porque el conocimiento estimula y te hace creer que vas sabiendo. No obstante, en la medida en que compruebas que esa intrahistoria no se mueve de manera sustancial, decisiva y rompedora con el pasado mi siguiente estado emocional es la congoja. ¿Quién puede sentirse así feliz? Me queda el don de no abocarme a la rendición.
Un gran don. Yo hay momentos en que estoy rendida.
ResponderEliminarNo, rompedora no es, desde luego. No es extraño que confirmarlo cause congoja. "El alma eterna" de este país es así.
ResponderEliminarUn saludo.
Puede que el conocimiento no aporte la felicidad, pero si nos hace ser sustanciales con nuestra realidad. De otro modo estamos "como de prestado"
ResponderEliminarEn verdad creo que cuanto más sabemos, más infelices nos hacemos...
ResponderEliminarUn saludo.