Nunca he entendido muy bien por qué a la gente no le gusta mirar al interior de la Historia. ¿Acaso porque teme encontrar parte de las razones de su ser personal? Pero esa debería ser una razón constructiva de uno mismo. Una condición sinequanon para conocerse. No mira porque, cual niños pequeños, solo ven a primera vista los fantasmas del pasado. Sin darse cuenta que esos espectros se convierten antes o después también en los suyos propios.
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