12/8/12

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Siempre me hacen meditar las partículas que piso en su forma de arena. Si pensamos en ello llamamos arena a una especie de disolución o reducción mínima de las grandes masas de la tierra. Por muy pequeño que sea aquello que forma la arena sigue siendo piedras y solo la textura y el lenguaje de los hombres diferencia entre arena, piedrecitas, cantos rodados o rocas. Me gusta disponer de una conciencia que vincula la masa mayor con la más ínfima. Si ese tipo de materia tiene adn seguramente lo poseen las soberbias piezas de un museo mineralógico y las anónimas y minúsculas partículas casi invisibles de los arenales. Allá cada cual, pero a mí no me gusta perder las referencias de la vida, sea cuales sean sus manifestaciones y el uso humano, que acepta o desecha en función de la utilidad que persigue.     


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