6/8/12

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Uno tiene la sencilla sensación de que todo lo que tiene lugar en torno a la actual situación del país es un juego de confusiones. Pervertido el lenguaje (prostituido, más bien), traicionadas las promesas electorales (aunque yo nunca esperé nada de ellas), ocultas las intenciones (habrá quien diga que están muy claras), degenerados los valores éticos (ya lo estaban hace tiempo), machacados por las medidas de hundimiento impuestas de modo coercitivo (las santas alianzas internacionales que no cesan), ¿cabe esperar un acuerdo participativo? Se acabó. Nuestra sociedad es lo que fue siempre: un casino, pero ahora con normas más estrictas, con jugadores fulleros y con una banca (nunca mejor dicho) que se lo lleva todo una vez más. Las confusiones sirven de vaselina. Y algunos aún no han despertado del estúpido letargo en el que siempre prefirieron vivir.


2 comentarios:

  1. ...perdón...¿estás hablando de lo que ocurre en estas latitudes?...creo que padecemos grandes coincidencias -lamentablemente-

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  2. Totalmente de acuerdo con la reflexión!, aprovecho para saludar y agradecer que seas miembro de mi blog. Ahora yo también te sigo!. Un saludo

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