2/8/12

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Recuerdo un viejo proverbio vasco que decía: las guerras no traen nada bueno para nadie. No sé hasta qué punto es acertado. Y eso que solo con la experiencia propia del siglo XIX aquella zona del país sabía bastante del tema. Porque es obvio que mientras las guerras duran todos los contendientes pagan un alto precio. Pero también es verdad que cuando tiene lugar el desenlace hay vencedores y vencidos y, mientras unos obtienen prebendas y se recomponen controlando bienes y territorios, otros se hunden en la miseria. Y siempre, siempre, detrás hay intereses de otros Estados que deciden, instigan, suministran y acuerdan para el día después. Las guerras suelen traer frutos para algunos, incluso sin haber padecido los horrores. Sospecho que en Siria ocurre algo análogo.






4 comentarios:

  1. Siempre sufren los de abajo, como en todo.

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  2. Acertada reflexión. Siempre pagan los horrores los más desfavorecidos, los más honestos. Siempre ganan los listos de turno, los que manejan los hilos de todos los cotarros. ¡Penosa condición humana!

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