30/3/12

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Hay días en que pasear por la ciudad te resulta nuevo e incluso extraño. Otros días emergen dentro de ti sentimientos encontrados. A veces el tedio se impone y no quieres mirar. Y sin embargo, la ciudad, tu entorno y lo que te acoge, es y no es siempre lo mismo. Aquellos días en que percibes más los contrastes y lo diverso sientes que te recreas. Una ciudad no es nada homogéneo ni reducido. Vas entendiendo aquella expresión de Aristóteles en su Política: Una ciudad está compuesta por diferentes clases de hombres; personas similiares no pueden crear una ciudad. A ese pensamiento axiomático le pones matices, sin quitarle por ello razón. Crear una ciudad puede hacerse por un ente endogámico. Hacerla crecer y fructificar ya es otra cosa, piensas. Y ahí lo único está condenado al fracaso.



 

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