30/6/14



Solo cada cual sabe cuánto nos habla y lo que nos dice el silencio.
Los silenciosos no están bien vistos, sobre todo si callan
cuando todo el mundo espera que digan algo.
Que digan algo que guste a los que esperan.
Es la tragedia de la masa: cada uno de los que forman parte de ella
no arriesgan lo suficiente su decisión de decir con oportunidad.
Pero tampoco de callar con valor.
El silencio a tiempo edifica.
Solo es posible el diálogo a partir de silencios conscientes.
Hablar por hablar es vocinglería y, por lo tanto, confusión.




(Imagen de Manel Vizoso)



458.




Recurrente como todas las obsesiones que nos persiguen: si no somos dueños de nuestro silencio, ¿de qué somos dueños?



28/6/14

457.




Axioma. Lo que se embolsa un individuo corrupto se detrae de un ciudadano honrado. Eso sí: cuidado con la delgada raya que separa ambos estados. Todo es verse en la tesitura de de entrar al guiño de la insaciabilidad humana.



26/6/14

456.




A aquel lema vanidad de vanidades, todo vanidad que ya se repetía en textos bíblicos y postbíblicos habría que incorporar en nuestros tiempos el de corrupción de corrupciones, todo corrupción. Sin embargo, basta ver por los noticiarios qué tipo de personajes presuntuosos, dominando resortes de poder, son los que practican la antigua religión de utilizar en su provecho los recursos públicos para darnos cuenta de que vanidad y corrupción recorren juntas análogo camino. No tengo claro cuál de ambas figuras es reflejo de la otra. Acaso las dos se motivan y reproducen en el mismo espejo delictivo.



25/6/14

455.




Al hilo de la reflexión anterior: siempre he aborrecido que se utilice alguno de los términos relacionados con el circo como insulto. Por mi ámbito se lleva mucho  -al conducir un vehículo y llamar la atención a otro se puede comprobar de inmediato-  utilizar el sustantivo payaso como insulto. Naturalmente, el sustantivo permanecería amorfo, y por supuesto, desactivado, si no se proyectara con signos de admiración (donde cabe admirar poco, obviamente) tal como ¡payaso! A mayores, la entonación de la voz y el gesto hosco, o mejor dicho, agresivo de quien te lo lanza deja convertido el noble oficio del triste hombre divertido del circo en un arma de improperio. Sobre cuya escalada si se le replica prefiero no pensar.



22/6/14

454.




Cualquiera de nosotros somos en algún momento de la vida funambulistas, saltimbanquis o practicantes de juegos malabares. Como podemos ser domadores, payasos, acróbatas, magos...¿Será porque la vida es un circo total? Pero con frecuencia, sin la nobleza, la capacidad de seducción y la calidad de un humilde circo de calle.



21/6/14



¿Alguien ha pensado alguna vez en la soledad del funambulista?



(Con mi agradecimiento a Manel Vizoso por prestar la imagen)


453.



Los dos acontecimientos celtibéricos de estos días  -fútbol y coronación-  deberían recalar en la misma costa, en la de la humildad. O uno verse en la imagen del otro y tomar nota. Sé que es pedir demasiado. Que los hombres no erigen castillos para desear que caigan en dos días. Si pensaran antes si las arquitecturas de la vanidad son necesarias no se verían sometidos al riesgo, al coste y al desengaño. ¿Es mucho pedir en estos tiempos curas de humildad y renuncias a la soberbia? Probablemente, pero para que fueran posibles la ciudadanía debería rechazar el show e ir al meollo de lo que condiciona la vida cotidiana. Palabras mayores. Que tal vez nunca conoceremos como actos.



20/6/14

452.



Otra expresión estereotipada: si con lo que sabemos ahora nos pillara con veinte o treinta años, eh, me dice un conocido. ¿Lo que sabemos? ¿Es que sabemos algo? Y además, ¿qué sería de nuestra ilusión por descubrir o de nuestra capacidad para indagar o de nuestro instinto olfativo sobre lo desconocido o de nuestra osadía de andar a oscuras por esos mundos novatos? Ciertamente, podría hacer un blog, o convertir a éste, en una fuente inagotable de registro de frases lapidarias, tópicos, dichos y redichos. Para qué.



19/6/14

451.




Escuchado temprano en el autobús, de boca de una mujer de edad avanzada: todos tenemos marcado nuestro día y nuestra hora. ¿También los minutos, los segundos, las micras, los latidos? Si está tan registrado, ¿cómo es que no lo vemos venir?, te dan ganas de responder a la mujer. Las frasecitas lapidarias, que pretenden contener sabiduría, pero cuya intención más recóndita proviene de otros charcos, siempre me parecieron malsanas. Pertenecen a la tradición más siniestra de la superstición y el oscurantismo.  Por cierto, ¿dónde demonios he puesto el calendario?





18/6/14

450.




Llegar del hospital, de estar con una persona allegada, y además de toda la vida, y sentir el escalofrío. La fragilidad de ese ser, que además de estar amenazado se siente amenazado, lo relativiza todo. La vuelta del cuerpo contra sí mismo en otra persona nos fuerza un difícil y ambivalente diálogo interior. El ego que nos engaña: tú no. El mensaje que nos llega y rechazamos con premura: tú puedes estar así.



14/6/14

449.



Vieja y ambigua frase: la gente necesita creer en algo. ¿Será eso lo que explica la adhesión tradicional de tantos números de seres a una religión? Seguramente hay algo más. Pero la cita tópico tiene hoy otras proyecciones. Se aplica para justificar una adhesión a cualquier causa. Nunca entenderé que el individuo no quiera, antes que nada, creer en sí mismo.



10/6/14

448.




Vivimos la vida en presente, sin darnos cuenta de que a su vez vivimos la historia en presente. Al aislarnos en nuestras vidas personales, al encerrarnos en su márgenes limitados y estrechos, por muy intensos y nuestros que nos parezcan, ¿no tendremos también dificultades para interpretarnos? No desechemos potenciar los vínculos con los demás, pues no estamos hechos para el desierto, sino para el vergel.



9/6/14

447.




Nuestra comprensión del mundo siempre es reducida y restringida. No solo por los límites de nuestra capacidad para interpretar los últimos descubrimientos  -que siempre son los penúltimos y no cesan- sino por la resistencia que imponen las ideas adquiridas anteriormente. Sobre todo si de dichas ideas se ha hecho dogma, es decir algo ridículamente inconmovible. 



446.




Temor a que disfracemos  las ideas y no entendamos el mundo, sin lo cual no nos entenderemos. ¿O acaso las ideas son en sí mismas un disfraz?



8/6/14




Cantaba el gran Brassens, y luego Paco Ibáñez:
En el mundo pues no hay mayor pecado
que el de no seguir al abanderado.

Tal vez habría que revisar y redefinir lo considerado tradicionalmente sagrado. 
No vaya a ser que bajo una abstracción se esté coartando la libertad de los hombres concretos.
Las abstracciones suelen encubrir negaciones.
Los seres humanos, a estas alturas del acontecer, necesitamos respuestas.
Y, sobre todo, por lo que está en juego, satisfacciones. 




445.




Las banderas nacieron para distinguir a las banderías, no para sustituir a las ideas.




7/6/14

444.




Tras visitar esta mañana un centro comercial de esos múltiples y a lo grande, me he preguntado con cierta ingenuidad: todo ese zoco de lo último de lo último, ¿fomenta el deseo o acaba con él? Cuando la seducción como calidad queda desbordada por la imposición de la cantidad, ¿aumenta el deseo en su sentido más primario o es sustituido por la neurosis? 



5/6/14

443.




En tiempos de ruido se oirán las viejas palabras; las viejas por rancias, quiero decir. Porque hay muchas palabras antiguas que son sesudas y muy frescas. Pero los nombres de quienes pronunciaron éstas y cuyo sentido y verdad siguen en vigor no suelen ser recordados, porque escuecen a la vaciedad de nuestra era y a quienes se creen propietarios de nuestros ámbitos. Esas palabras paridas por el ruido que se emitirán de modo altisonante hasta hacer rechinar nuestras neuronas, por ejemplo servicio a la nación, continuidad, unidad, sacrificio, entre tantas otras, es decir, las de siempre, se verán acompañadas por imágenes de falsete y de dudosa credibilidad. Sospechad de las palabras hueras, que son siempre sinónimo de carencia (carencia de prudencia, de fortaleza, de sinceridad, de reconocimiento, de respeto, etcétera) Intentarán sustituir con ellas lo que no se nos concede con hechos nuevos ni estructurales que mejoren la convivencia colectiva. Atentos, pues, a las andanadas de la necedad. Pues como dirían en aquellas películas del oeste: hombre blanco hablar con lengua de serpiente.






Si desde niños todos fuéramos un poco Atlas, 
tal vez los usurpadores no se atreverían a quitarnos nuestro mundo.



3/6/14

442.



A veces pienso en el significado y sentido del diálogo. Una expresión socializada moderna, que ha superado los recursos literarios de otros siglos, cultivados por minorías. La capacidad de intercambiar discurso, es decir, punto de vista entre dos o más individuos. Y en su dimensión de proyectarlo colectivamente hasta hacer de él no sólo un método sino una especie de criterio moral para el entendimiento. Tal vez pienso demasiado en la infinitud y a su vez en los límites del diálogo, porque tuve necesidad, junto a muchos otros hombres y mujeres de mi generación, de descubrirlo por el bien hacer y para el mejor llevarnos. Hoy uno teme por su supervivencia. El poder y la autoridad, que deberían recoger como guía el amplio desarrollo del diálogo, se comportan no solo como traidores al entendimiento sino como auténticos energúmenos de la sinrazón.



441.



¿Puede pensarse en el cambio general de gobierno de un país sin llevar a cabo  -al menos paralelamente-  el cambio de rumbo en la conciencia de cada ciudadano?



2/6/14

440.



En un tiempo inmediato, que ha empezado ya, oiremos hablar de madurez con lenguaje demagógico. Muy de pasada, naturalmente. La madurez no es un producto, ni un marchamo, ni una abstracción. O es un estado de conciencia individual, que es tanto como decir asimilación, o es una palabra huera en manos de ciertos mercaderes de la política. Recomiendo paciencia, capacidad digestiva de la mente y humor. Mucho humor. 



1/6/14

439.



Vivir con una relativa esperanza en que la humanidad haya aprendido desde Sumer algo útil y desaprendido en lo inservible. Por supuesto, el objetivo de lo útil debe ser siempre el individuo, no una abstracción. Tal vez hay que aligerarse de abstracciones y de conceptos absolutos que se utilizan para justificar siempre el mal hacer de unos pocos. Deshacerse de las malas prácticas, en lenguaje que impera hoy día en las empresas. 



Decíamos ayer...


(Edgar & Erwin)


...que nunca es tarde para retomar el cordón...pero, ¿qué cordón?