26/12/12

394.




Luminosos estos dos versos del poeta brasileño Lêdo Ivo, fallecido hace pocos días:

Cambio y soy siempre el mismo,
igual que un disparo al azar.

La permanencia de la esencia del ser. Solamente las formas o atributos dinámicos -manifestaciones físicas del cuerpo, el pensamiento y las ideas, expresiones emocionales y afectivas...-  son cambiantes. Cambian para que permanezcamos. Después de todo nuestra esencia reside en ser hijos del azar. 


19/12/12

393.



Tiempos estos (aunque, ¿cuándo no lo fueron?) en que el cinismo del individuo se disculpa y refuerza con el cinismo del Estado. Estamos viendo cosas cuya gravedad duele y aplasta. El cínico particular no resistiría un asalto si no se protegiera en el cinismo superior de ese otro ente abstracto que es concreto a la vez. Pero se protege sobre todo en la egoísta negación de la realidad.


392.




La tentación de sentir el contagio del cinismo. La dificultad de asumirlo para una minoría. La facilidad para hacerlo conducta habitual en muchos. No sé si verlo venir será sabio, pero conviene hacerlo. Desarmar al cínico no es tan difícil. Pero interiormente tiene uno que tener clara otra dirección.



391.




Siempre he conocido el cinismo. Lo he sentido de cerca, lo han utilizado para herirme, me han acallado con él (a la fuerza) Pero siempre lo he repudiado.


10/12/12




 (Ilusión de que al final de la ascensión encontraremos la luz.
¿Nadie cae en la cuenta de que la luz es solo atracción y que no se alcanza jamás?
Vivimos sin distinguir seducción de aprehensión. 
Es la nebulosa la que domina nuestras vidas)




390.



La dificultad de pensar es la dificultad de abarcar. El mundo es extensión. La vida una espiral. El conocimiento es más deseo que posibilidad (que también) ¿Dónde llegar? ¿Dónde quedarnos? Y esa sensación de insatisfacción por no pensar cuanto y como queremos. Más el trabajo añadido de que pensar es demoler también. Dejar atrás lo anterior inservible y erróneo, preservando lo válido, para pensar de nuevo lo conocido y lo desconocido.



389.




Puedo entender la cita de Nietzsche en su orientación metódica. Disciplina, soledad, aislamiento, desbrozo. ¿Acaso vacío? Entre el método y la contemplación puede encontrarse el pensamiento. Eso me llevaría al zen probablemente. Pero ¿quién es el osado que abandona relaciones amistosas, pasiones secretas y adicción a los libros para pensarse a sí mismo de otra manera?


388.



Leo a Friedrich: "Convertirse en pensador. ¿Cómo puede alguien convertirse en pensador si no pasa al menos la tercera parte de cada día sin pasiones, hombres ni libros?". Sería fácil dar la vuelta a este aforismo de un monstruo llamado Friedrich Nietzsche: ¿Qué podría pensar uno si no hubiera conocido pasiones, relacionado con los hombres y leído libros? ¿Se puede pensar sin la experiencia? ¿Es posible el pensamiento sin vivir lo que nos pone la vida por delante? Y sin embargo hay algo en la cita del filósofo que me dice no voy descaminado (él, el pensador)


8/12/12

387.




Ay, voluntad, voluntad. ¿Alguien sabe más que tú de lo que es la traición?


386.




Las aspiraciones personales son con frecuencia tan confusas como equívocas. Esa sensación de vivir como si hubiéramos caído por casualidad en el mundo  -¿acaso no ha sido así?-  sin saber ni lograr ubicarnos del todo. Siempre dejándonos llevar según la corriente cuando no arrastrados contra las rocas. Donde el margen de la voluntad es limitado y se paga un precio grande  -a veces definitivo-   para que la voluntad se adecue a las circunstancias y se traicione en sus objetivos.




28/11/12

384.



"¿Querría la piedra sustraerse a las leyes de la gravedad? Imposible. Imposible que el mal quiera aliarse con el bien." No sé si tal como decía Lautréamont naceremos todos malvados cual Maldoror. Pienso que la maldad es uno de esos dones (hay dones de diversas caras, aunque reservemos el término para algo positivo), o acaso debería decir propiedades, que forman parte de la personalidad del individuo. Pero creo que es una condición que se desarrolla, se afianza, hace una manera de ser a veces para siempre. Hay personas que apenas ejercitan su maldad y quienes no saben sino navegar en ella. Lo vemos todos los días a diferente escala. Lo que me pregunto ordinariamente es qué lugar ocupa la ignorancia elegida, el hecho de no querer saber y menos comprender, en ese espacio amplio y retorcido de la maldad.


24/11/12




(Los colores de la belleza no deberían ocultarnos la caída.
Son la memoria de nuestros ciclos.
También de nuestro renacer)




383.




Si todo transcurre y nada permanece (a estas alturas nadie puede dudar de la única certeza) ¿por qué seguimos erigiendo dioses y rindiendo cultos como si fueran infalibles?


23/11/12

382.




Necesidad de buscar el asombro que ilusiona. Pequeñas cosas cotidianas que proporcionan una perspectiva diferente y más sensorial que las noticias de la prensa. Respirar el aire frío de la meseta a la vez que contemplas un paisaje limpio. Abandonar el camino directo y meterte en un parque a escuchar los pájaros o el rumor de las hojas que caen salvajes pero inocuas. Sentarte a la orilla del río y ver fluir la corriente. Aún nos resultan beneficiosas esas regiones de la naturaleza que tenemos secuestrada en las ciudades, pero que nos embargan.


22/11/12

381.




Me revienta asombrarme de la necedad de los hombres y de las conductas que ejercitamos. Tanto el individuo como la colectividad se manifiestan con múltiples expresiones de desvarío y de frustración por mor de nuestras conductas, cuyas patologías parecen agravarse en estos tiempos. Es como si se instalara una nube negra en nuestros corazones (cuando nuestra infelicidad nos lo revela a cada uno en la soledad personal) o sobre nuestras cabezas (cuando el desencuentro nos vuelve desagradables y enfrentados con los demás) Este tipo de asombro me hiere profundamente. Irme a dormir con el consiguiente estremecimiento que me causa es un desafío para el sueño, al cual confías una superación cuando haya llegado el día siguiente.  


380.




Bajo lo que advertimos como asombro, laten mil y una triquiñuelas de la forma de vivir y de pensar. Nos asombramos de lo que no hemos perdido, de aquello que se manifiesta aún con vigor cuando creíamos que algo ya no podía proporcionarnos sentido. En la audición de una pieza musical que hemos escuchado siempre seguimos sintiendo; sentir es una de las formas biológicas de la conciencia. También una pieza novedosa llega hasta nuestros oídos para aportarnos sensaciones, es decir entendimientos. Y lo hace por la vía del placer sensorial. Si tuviera que elegir una forma de asombro, evidentemente elegiría ésta. Nunca traiciona.




379.




Vivir es asombrarse. Cada día se nos brinda un matiz (un ánimo cantarín de par de mañana, un encuentro casual, una lectura siquiera breve, un recuerdo que nos da gusto) que contiene un cierto detalle de sorpresa. Cuando soy receptivo me asombro. Me digo a mí mismo: vives asombrado (no importa los años que van transcurriendo)


18/11/12



(Hay algo de caracol obsoleto en los hombres o en sus obras.
Se impone meditar y valorar sobre la evolución que ha tenido lugar 
y que nos ha transformado en tantas e incluso contradictorias direcciones)



17/11/12

378.




No es fácil que el hombre deje de ser un lugar triste. O cierta obra del hombre. "...Más de tres mil años (desde el Egipto faraónico) y sigue siendo subversivo reivindicar el valor del trabajo, el respeto a la tierra y la igualdad de todos los seres humanos". Lo dice la profesora y traductora Luz Gómez hoy en un artículo a propósito de la disidencia en la Historia. Si me dicen que construya otro verso alternativo al de Eugènio de Andrade, yo no sabría hacerlo. No disiento con él.



16/11/12

377.




No siempre el hombre es un lugar triste, dice Eugénio de Andrade en uno de sus poemas. Instintivamente me aporta esperanza. Después, dudas. A continuación, preguntas.




376.




No obstante, como cualquier hecho humano, hacer huelga adquiere diversos significados. Adscribirse ciegamente a uno de ellos puede ser necio. Mucha gente se queda en su vertiente de ritual, en su proyección iconográfica, en su pretensión de manifestación de relativo poder. Efímero todo ello si, como sucede con todos los rituales sociales, se anclan en las arenas de la zona baja del mar. No quedarse con un mero gesto, por mucho que se vea en él cierta y aparente fuerza. No contemplar solamente el árbol, con el bosque frondoso e inescrutable que tenemos por delante.


375.




No he pensado la huelga en términos de mera representación ideológica ni electoralista ni publicitaria. La pienso en la medida en que me afecta como compromiso personal ante mí mismo. Ante mi propia apreciación de los tiempos que vivo. Ello me obliga a efectuar una valoración moral del sentido de la protesta. Protestar no es solo enrabietarse o hacer pasar un día malo a los pudientes. Es cuestionar, repensar, decidir los términos en que se quiere seguir viviendo. Un día de huelga será pasajero. El sentido y su calado permanecerán (independientemente de lo que digan tirios y troyanos)


13/11/12

374.




Se oirán voces salvajes despotricando contra el limitado, ordenado y pacífico derecho de huelga. Pero no hay mayor huelga que carecer de trabajo, haber perdido el país muchas de las escasas bases productivas del pasado, no cultivar racionalmente los recursos o bien entregar estos a precio de saldo a las corporaciones del beneficio, y carecer de expectativas constructivas que respondan a las necesidades del común. Me obligo a pensar (y cuestionar) el asunto en términos más amplios y profundos de los que pretenden que pensemos y asumamos desde ese estamento propietario de la sociedad que nos ha dividido y la ha quebrado de forma tan violenta.



.

11/11/12




(La técnica evolucionó por el cerebro y el cerebro evolucionó por la técnica. 
El hombre depende de su propia obra.Una relación simbiótica.
Aún queda por generar otras obras y, sobre todo, otros efectos)






373.



Lo verdaderamente preocupante no es aceptar el proceso, el ciclo, la admisión del precio de la vida. Lo que últimamente me obsesionan son los agentes de la muerte. No solo todos esos mundos que disparan células o bacterias o virus dentro del cuerpo y ganan la apuesta (alguna vez tienen que ganarla porque están abocados a ello) Sino el humano como agente de muerte del humano. O su disolución en la sociedad, y en las instituciones, las leyes, los ejecutores del funcionamiento social. Y siempre me lleva a considerar el tema del suicidio (los causados por desahucios empiezan a sentirse con especial sensibilidad) como una forma velada de la muerte por otros hombres, sea cual sea la agrupación y la actitud que estos tomen. Puede que solo por inhibición, puede que por presión, puede que por poner a otro entre la espada y la pared. No es fácil de situar ni comprender el tema, pero no deberíamos dejarlo de lado. Aun sabiendo que detrás está la soledad del individuo (no siempre elegida, no siempre forzada)  



372.




Habrá quien diga que, aunque no se piense o no se razone, la muerte es objeto de acontecimiento (suceso que tiene lugar) por sí misma. Se produce, sin más. Lo más irracional que existe, se insistirá. Pero activando el mismo argumento y por esa misma causa, también nacer sería análogamente irracional. Acaso más, puesto que la vida se concluye en el objeto de acabar algún día. Sofismas. 


371.




La muerte no debe dejar de ser una preocupación (no podría dejar de serlo) Como toda cuita también se convierte en pensamiento. Por lo tanto, también en objeto de razonamiento.




7/11/12

370.



¿Y si la única armonía si no perfecta al menos consecuente es el caos? (Pienso en el universo, los multiversos  -término a acuñar y acostumbrarse a utilizar-, la naturaleza en todos sus rostros y manifestaciones)


6/11/12

369.




La armonía visible, la evidente, es efímera. Cuanto más obvia o aireada por aceptaciones, cánones o normas, la armonía resulta más quebradiza. Hay un mundo inmenso y recóndito más allá de la cultura desarrollada por los hombres cuya armonía es natural. No depende de las reglas culturales.


368.




Heráclito hace pensar; él mismo es parte de esa armonía invisible. Fuera o no su escritura  -su pensamiento- fragmentaria o si lo que sucede es que simplemente nos han llegado solamente fragmentos de algo más amplio que escribió, es todo un estilo. Claro que en función de que fuese de una manera u otra podríamos extraer conclusiones diferentes, diversas y curiosas. Si escribía por fragmentos, qué capacidad de síntesis abierta. Si lo que nos ha llegado es meramente fragmentario, qué discurso filosófico no estaría desarrollando. Espejo de una armonía de lo que hay detrás. De lo que no se alcanza, no se conoce, no se interpreta.


3/11/12

367.



Me gusta este juego ordinario de tomar el libro de los Fragmentos de Heráclito y abrirlo al azar. La armonía invisible es superior a la evidente, leo. Pienso que me brinda la esperanza de lo que nos queda por descubrir. Alentador.


2/11/12




("¿Quiénes son los que sufren?
No sé, pero son míos."
Lo recita Pablo Neruda en "Los versos del capitán".
El sufrimiento hace gritar. Hay tanto hedor tras las causas del dolor)



366.




¿Por qué cuando hay sangre se va la masa de rositas? La masa nunca muere. Mueren tres chicas, por ejemplo. Ah, claro, ya decíamos que la masa no tiene cuerpo.Y por favor, que nadie me diga esa cursilada de que al menos la masa tiene alma, soul, duende o rollo.


365.



Nadie exige responsabilidades a la masa porque no es una figura que la sociedad administrativa pueda sujetar. Es un ente nada clarificado. Sus comportamientos se trasladan a los individuos que han perdido su condición única en la metamorfosis. O más allá, dirigiéndose a las instituciones, empresas, medidas o estructuras que pueden tener competencias en las manifestaciones de un acto o de un espectáculo donde la masa se exalta a sí misma. Nadie se atreve ni quiere ir al meollo. Viene bien la masa. Es más fácil de dirigir y moldear, incluso controlar, que una sola mente humana. Sobre todo si ésta es independiente y libre.



364.




Lo triste es que la masa no se reconoce ni jurídica, ni social, ni políticamente. La masa no existe más que en la ambigüedad y en su rostro de materia bruta. No se piden daños y perjuicios a la masa. Solo los sociólogos y los antropólogos hablan de ella como objeto de indagación. Unos la citan implícitamente cuando mencionan el término fenómeno de masas. Los otros la estudian como objeto o manifestación de rituales.



363.




Sacrificio de la singularidad compleja a la multiplicidad simple. Donde el disfraz de la abstracción toma el relevo de la personalidad que renuncia a sí misma y se abandona. A cualquier precio. Incluso al más caro e irreparable.



362.



Me horroriza la atracción del individuo por la masa. Esa metamorfosis diabólica a través de la que un ser humano se cree más fuerte por abandonarse al número.   


1/11/12

361.



Leo de par de mañana:

No comas nunca nada
que no seas capaz de digerir,
que no seas capaz de vomitar.

Avisos. Alguien que me antecedió en la vida y en la muerte me previene. Previene a todo el que lea el poema. A buenas horas. Tantas veces he ingerido lo que ha resultado pesado e incluso indigesto.  He tenido que aprender a corregir. El recurso al vómito es biológico. También en el mundo de las ideas, del pensamiento. Aprender a no comer cualquier cosa que desde el mercado de las conductas, modas y publicidad de ideas nos quieran hacer tragar. Tal vez es eso lo que la poeta mexicana Rosario Castellanos me quiere decir. Nos dice.


31/10/12




(Cada vez más cerca de la pared,
donde no habrá ya posibilidad de distinguirse de ésta.
¿No vamos a resistirnos a convertirnos en sombra de nuestra sombra?)





360.




De todos modos temo más el hedor que la niebla. El hedor es consecuencia de la putrefacción, de la descomposición. No está claro si el cuerpo social lucha contra el mal que le invade.  Ni siquiera si se plantea luchar, no obstante algunos signos e individuos que no quieren ser devorados en el cáncer del tejido social. Ni si se siente capaz de aceptar el diagnóstico de la enfermedad.


359.



En este amanecer de niebla concentrada en mi ciudad, me pregunto si disimula así más el hedor de ciertos comportamientos que nos rodean.


27/10/12

358.



Querer captar  -más allá de lo sabido, del estereotipo, de los lugares comunes uno y mil veces emitidos a través de las conversaciones usuales-  la novedad en una expresión, en una mueca, en una mirada. Buscar la evolución del colectivo sin demasiado éxito. Resignarse al aburrimiento de aquellos seres que aspiran escasamente a algo que no sea sino cumplir aquí, responder allá y dejarse llevar por todas partes. Reencuentro con las hormiguitas de costumbre. Las que se conducen por reflejos análogos en cualquier ambiente de su existencia (sospecho) 



357.



Pero la condición del reencuentro, ¿es algo más que una ojeada a la tribu? Sentir que late aún cierta camaradería de la que aún te hacen partícipe - de la que tú mismo participas, porque de ti sale por inercia participar-  es un calor que se agradece, siquiera para llevar (sobrellevar) el tiempo. Si bien, hay algo de distancia, porque no estás ya todos los días con ellos, es una distancia cómplice. Diría que hay además de esa mirada a la tribu una conciencia de lo que significa sentirse arropado. Y siempre preservando tu personalidad (cualidad de persona, de individuo independiente y único) donde sentirse junto a no implica ser suplantado por el resto. Ni dejar que uno sea sustituido por la agrupación.  


356.



Mi frase favorita al verme con viejos compañeros de trabajo: me alegra saber que estáis. Sería un cínico si dijera que se la he dedicado a todos. Sí a los que recuerdo como más apreciados. Y es que llega un tiempo en que la mera existencia  -comprobar que no hay caídas irreparables-  es un regalo.



355.



Lo curioso de los reencuentros es comparar qué hay de nuevo y qué de siempre en las conductas de aquellos a quienes hacía mucho que no veías. Sentir sus afectos, escuchar sus ideas, percibir sus cambios, olfatear sus hundimientos.


14/10/12

354.


(Dudo de que la forma radial sea la característica por excelencia de la vida.
En todo caso es una manifestación más, pero no la definitiva.
Porque ¿qué es aquello que ocupa el centro y tanto obsesiona a los humanos?

353.




Miedos que así, a primera vista, se pueden nombrar. Miedo a lo innombrable, miedo a no reconocer lo viejo, miedo a no admitir lo nuevo, miedo a perder lo inútil, miedo a no conseguir lo necesario, miedo a no entender al otro, miedo a que no me entiendan, miedo a no entenderme a mí mismo, miedo a relacionarme con los demás, miedo a que no quieran saber nada conmigo, miedo a perder el suelo bajo los pies, miedo a los violentos, miedo a los pasivos, miedo a la mayoría callada, miedo al que nos tiene miedo, miedo a los viles, miedo a los vendedores de miedos, miedo a los valientes por no ser como ellos, miedo a los zánganos, miedo a los productivos, miedo a los robots, miedo a los sicarios, miedo a los de guante blanco, miedo a los depredadores, miedo a la bola negra, miedo a la bola de fuego, miedo a la metamorfosis, miedo a los que invocan la salvación…faites vos jeux, monsieurs et madames, se oye en el casino cotidiano.



352.




El miedo, siempre el maldito miedo. Su semilla germina cuando nacemos. Pero, ¿por qué la dejamos crecer tanto a lo largo de la vida? 



13/10/12

351.




Resulta preocupante saber que las contradicciones y comportamientos de la superestructura (lenguaje althusseriano, ya lo sé) política, y más en concreto de la política del Estado, se están convirtiendo en desafecciones y enfrentamientos entre la ciudadanía. Me llegan ecos de desavenencias familiares, discusiones duras y situaciones violentas. Mal cariz tiene el asunto. Si es el Estado quien abandona al ciudadano. Si son sus representantes los que motivan la división social hasta en los núcleos más elementales. Si vuelve la intolerancia e imposición de unos que apenas dejan expresarse a los otros...¿no será el miedo, agazapado tras las ideas rancias y engañosas de la tradición histórica del país, lo que obra como espada exterminadora de la convivencia? Mal cariz, desde luego.






12/10/12

350.




La abundancia suele desviar los objetivos fundamentales del hombre. Éste se pierde en lo muy secundario, en los reflejos y en las imágenes de sí mismo. Para los de cierta edad recordar las estrecheces, cuando no las carencias, de la infancia puede sugerir mucho en estos tiempos. Y siempre la duda: ¿es la amplia disposición de objetos la que aguza nuestro ingenio o bien es su limitación, su privación inclusive, la que potencia que imaginemos, realicemos, valoremos?


349.




En tiempos de crisis se impone también la revisión. Incluso las de los pensamientos. Sin replantearse estos difícilmente se alteran las conductas. ¿O las conductas son motivadas simplemente por la necesidad que apremia desde fuera?



6/10/12



(Apariencia de la fortaleza de lo monolítico.
Nada sostiene: ni el cielo ni la tierra ni los hombres.
Tras su simulación de eternidad se oculta la caída sobre sí misma)




348.




Si las palabras cabales y de concordia no se aceptan (estuve tentado a decir no se imponen) en lugar de las despreciativas y discordantes, ¿cómo vamos a afrontar los hechos? Dicho de otro modo: si nos alejamos los hombres unos de otros, en lugar de caminar convergentes, ¿qué destino  -desatino-  nos espera? Me queda la duda de si todos los hombres quieren caminar hacia un horizonte positivo. Si quieren caminar. Muchos se enrocan en castillos inexistentes. Edificios ruinosos donde solo habita el moho del pensamiento y la podredumbre de unos intereses materiales efímeros. A mayores de, y es tan tentador decirlo, los fantasmas de la inacción.




347.




Nunca entenderé el recurso al insulto y a la descalificación brutal al hablar unos individuos de otros. Lo cual no es un reconocimiento de perfección moral de mí mismo. Desgraciadamente, el impulso de la emoción ante algo desagradable que siento como ataque me pone en el disparadero de entrar yo también en esa antidialéctica. Para, a continuación, sentirme frustrado: primero, por formar parte, siquiera brevemente, de aquella actitud que es deleznable y que no comparto; segundo, por la frustración y el efecto de impotencia que me produce.


346.




Días que parecen abrirse apagados en lugar de luminosos. Levantarse del sueño como si se hubiera viajado al no retorno. Percatarse de una escasa amabilidad de los quehaceres. Sentir el latigazo de la bilis en la torpe conducta. Un punto de salvación: el indescriptible fulgor del sol tamizando las nubes. Eso que llamamos la belleza del amanecer. Recurrente y poderosa naturaleza que llega para brindarnos una leve esperanza.


2/10/12

345.



Lamento definir como pensamiento de mercado una actitud aparentemente antitética. Pensamiento y producto no me casan bien. O uno se sacrifica y se entrega al otro o el matrimonio nunca será armónico. Y sospecho que si el pensamiento se rinde al mercado el retroceso no habrá quien lo pare.



344.



Presiento que cada vez va a ser más ardua la batalla de las ideas. Antiguamente la influencia nefasta de las religiones   -tan fundidas y confundidas además con el poder-  armadas de toda su cosmovisión y prédicas morales indiscutibles e impuestas, constituía el muro donde se limitaba y, si era crítico, se estrellaba el individuo. Hoy existen más muros. Sin haber desparecido los tradicionales pululan nuevos fondos de la cueva platónica que se encargan de dispersar al individuo y sobre todo de desviarlo de sí mismo. La confusión se instala tras el pensamiento de mercado. Donde el producto dominante se fabrica en todas sus variantes para que el hombre se entregue ciegamente a él.





343.




Hace poco murió también un amigo que exploraba en y con el pensamiento. Por supuesto, todo lo existente - sea alcanzable de entender e interpretar o no lo sea- es objeto del pensamiento. Circunstancias temporales, culturas, historia, despliegue de las posibilidades humanas, técnicas, comportamientos diversos de los individuos y de los grupos, representaciones e imágenes…Sentí la muerte del amigo, casi tanto la del pensador, y no me cabe duda de que hubiera seguido dando su juego. Lo sorprendente es que cada vez que releo alguno de sus textos o descubro los nuevos es como si le escuchara hablar. Lo que dejó prospectado, lo que concibió con ideas, lo que escribió lo tomo como el testigo que se intercambia en una carrera que no acaba nunca. Aunque sea en mínima escala -me muevo en la pequeñez de mí mismo- uno siente el borde de esa herramienta del pensamiento, y sobre todo, del acicate que implica seguir en la carrera. Si él lo supiera se sentiría justificado y, sobre todo, agradecido.



342.




La muerte de un hombre que indaga es solo una parada. Imagino a ese hombre -sea filólogo, historiador, artista o científico- llevándose a la nada sus dudas. Esto viene a cuento de que me entero de la muerte de Eric Hoswahn. Todo continua, y se sigue indagando.



26/9/12



(Lo preocupante es el asalto diario en un mundo al revés.
Es deseable que la fortaleza de la lucidez resista,
no obstante todos los castigos y perversiones que se infligen sobre ella)



341.




Leo por alguna parte: ¿No hay manera de que dejemos de ser un lamento? Pienso en que no es tanto el repertorio de quejas lo que nos persigue a los paisanos. Más bien la dificultad que encontramos para conjurarlas.



23/9/12

340.




Lo paradójico de esa paralización aparentemente pacífica, basada en el control de unos pocos, si bien con el beneplácito o el dejarse llevar de un número superior de individuos, es que acaba quebrando antes o después. La parálisis oculta la convulsión. Y ésta siempre busca otro estado, exige una salida, se expulsa incluso sin que prevea. ¿Por qué no estar atentos a las señales?



22/9/12

339.



No entiendo las palabras si no van en la dirección práctica. Práctica es ante todo acción, convencimiento de obrar y actitud de cambiar. Hay otro sentido menos dinámico, el de uso, anclado en una cota que no entiende sino de transacción mercantil, comportamiento convencional y conducción inerte. Este sentido es el más normalizado, pero tal normalidad acaba en la perpetuación de la propiedad que ejerce una minoría de vivientes sobre el resto de las vidas y a la larga en la parálisis.


338.




¿Hastío y vergüenza por la reducción del lenguaje? Sí, y también por su utilización maniquea, justificadora de lo injustificable. Ese uso cotidiano de expresiones vanas con apariencia de sentencia docta, que pretenden recoger la erudición de los refranes antiguos. Pero es lo que hay, es una de las más afamadas del momento. Te la sueltan con un tono de lamento y resignación.  Como una concesión a lo inevitable, como una rendición al destino, como una paralización ante el muro. Trampa para negarse a dialogar, para impedir que se deshagan los entuertos, para detener la búsqueda de explicaciones que siempre deben conducir a modificar los hechos. Malévola intención de desmovilizarnos a todos, no fuera a ser que de pronto descubramos que no somos ni ovejas ni rebaño ni grey y que estamos cansados de que pastoreen con nuestras vidas.

337.




Sentir desinterés o náusea en el momento de despertar  -depende del volumen grueso de la noticia y sobre todo de la capacidad de encaje personal-  al escuchar por la radio un boletín de noticias. Esa sensación de que apenas nos cuentan lo que hay de fondo. Esa estructura rígida del tratamiento, que se pretende ágil y solo consigue desviar mi atención. Recordar esa frase hoy tan extendida en la sociedad: más de lo mismo. Consigna que se pretende sabia y que a la vez cercena. Que, no obstante, hace que me desinterese. ¿Lo que deba de ser será? Otra de las cruces de un cierto tipo de lenguaje. Basado en la experiencia, sí, pero también en una mala asimilación. Lenguaje de la decadencia, del abandono, de la renuncia. 


336.




Levantarse de madrugada simplemente porque no hay manera de seguir durmiendo. Cambiar un panorama interior en el que eres tú pero también alguien ajeno por el paralizado horizonte de la calle. Cuando el amanecer es tan tibio que apenas percibes que se desprende de la noche. Un inapreciable pero incesante cambio del que solo tomas conciencia cuando la claridad se ha consolidado. Algo así como la vida. ¿Cuántas visiones de la luz perdemos porque nos obsesiona su cénit y no cada instante? 


20/9/12



(Aleccionados e instigados por sus amos
no cejan de husmear, corretear, perseguir, intimidar y conducir al hatajo
 hasta el aprisco) 


335.



¿Hay elección? Cualquier proyecto mediático que pretenda servir honestamente al ciudadano es minoritario y de escasa influencia. Luego su tiempo vital no tiene horizonte. Pero si lo tuviera, si su incidencia estuviera rodeada de éxito, ¿no procurarían integrarlo los que tienen la bolsa y el subconsciente en sus manos? O lo más factible: ¿no sería desintegrado por los diversos agentes del mercado: acreedores, publicistas, empresas anunciantes, administraciones? Y sin embargo, como Sísifo portando la piedra arriba y abajo, hay que perseverar en el intento, aunque se sepa previamente que está abocado al fracaso.



334.



¡Tienen la prensa, tienen la bolsa, y ahora tienen también el subconsciente! Con este aforismo clamoroso sintetiza Karl Kraus  -aforismo escrito en el primer tercio del siglo XX-  magistralmente lo que son los recursos del poder. Por supuesto, el poder dispone de más resortes, algunos tradicionales e históricos. Pero los que cita el vienés son los modernos, los que siguen en vigor ampliados y desarrollados. Por supuesto, adaptados a las circunstancias cambiantes. Para el poder son medios imprescindibles. Además Kraus sintetiza lo que es la sumisión de la sociedad y hasta dónde alcanza la entrega del individuo. Agarrados por el subconsciente -ese mundo de sueños, aspiraciones y deseos frecuentemente inalcanzables, verdadero palo y zanahoria que van por delante- el mercado siempre triunfa. Se lo damos hecho.




18/9/12

333.




Imprescindible lo mediático para procurar que el redil cumpla la función. Y que las ovejas no se desmanden. Todo está atado y bien atado. ¿Habrá cabos sueltos?



332.




Generadores de eufemismos, los medios se autodenominan en estos tiempos creadores de opinión. ¿No sería mejor que proporcionaran el máximo de información y dejaran que los individuos nos formáramos por nosotros mismos la opinión? Ya, es pedir peras al olmo. Los medios pertenecen a distintas huertas y solo responden a lo que los hortelanos quieran cultivar. Dudosa libertad de prensa. Dudosa opinión. Dudosa formación interior.



331.



La prensa ha sido uno de los elementos más controvertidos de la historia contemporánea del mundo. Por extensión, todos los medios de comunicación actuales lo son. Haz y envés de lo nombrado y de lo ocultado, las empresas periodísticas han logrado convertir el periodismo en esquizofrenia, cuando no en ausencia. Probablemente desde su origen el periodismo haya sido espúreo. Sometido al juego de intereses, tanto en su faceta económica como política, al servicio de las ideologías dominantes y religiosas, ha cumplido muy oportunamente su labor de conducción al redil. Por supuesto, ha habido prensa díscola. Minoritaria.  



16/9/12




(El redil como forma de vida.
¿Es nuestro destino ser ganado?)


330.




El embuste lo llevamos pegado a la piel. Además nos rodea. Además nos acosa. Mínimo pero necesario y exigible (autoexigible) esfuerzo: distinguir, intuir, deslindar. Y no necesariamente casarnos a la primera de cambio con lo que se nos ofrece. Si la vida es mercado y el mercado, según escribe Robert Burton en su Memoria de la melancolía, es un lugar donde se engañan unos a otros, una trampa, conviene mantenernos en guardia. Vigilar no es cerrarse. El pensamiento y la capacidad de discernimiento es una ventana, una herramienta, una garantía de autodefensa. ¿Lo utilizamos con acierto? O como se dice ahora, ¿los rentabilizamos como sistema personal?



15/9/12

329.




Advertencia: no todo lo que se ofrece como conocimiento pinta tal. Hay mucha apariencia en el mercado de las ideas, lo cual conlleva a un esfuerzo, a veces intuitivo, por hallar lo verdaderamente nutricional. No dejarse afectar por la oferta y la demanda del engaño. Se puede pasar sin pagar peaje entre vendedores de doctrinas, fabricantes de ideologías, difusores de sueños y paraísos y repartidores de entretenimiento.


328.




Ama el conocimiento y desprecia las patrañas. (Nada más despertar se ha instalado esta frase en mi mente, no sé si como advertencia o como renovación)


14/9/12

327.




Decir como dicen algunos que disponer de un talante indagador, crítico y exigente, si se traspasa la mera frontera de lo cercano y cotidiano, conduce a correr riesgos es una necedad. Cualquier actitud, sea efectuada activa y cabalmente o de modo sumiso, implica riesgos. El peor de todos, negarte a ti mismo la capacidad de control. Opinar banalmente que la vida personal  -¿dónde empieza y dónde acaba la expresión de vida personal?-  es una cosa y la relación que implica a ésta con el mundo es otra absolutamente diferente, incluso enfrentada, es un error de apreciación que reduce al individuo y lo hunde en la impotencia.






326.



Hay individuos que ejercitan la renuncia desde temprana edad. Pero no es definitivamente representativa. Comienza a serlo cuando asoman al mundo adulto y se integran en él como en una cinta transportadora. Seres para los que ser maduro es asentir y ceder. Asentir sin tamizar y cuestionar, en función del propio criterio, cada acontecimiento de la vida puede ser suicida. Y sin embargo, cuántos aceptan por las buenas su muerte en vida. Cuántos descartan tener un criterio independiente y reflexivo.



13/9/12

325.




No, no es cierto que nada de lo humano me sea ajeno. Muchos hombres me resultan distantes. Bastantes comportamientos no los asumo. Demasiadas imágenes que hacen circular con sus apariencias las rechazo. Y sobre todo me generan desafección por sus repetidas y permanentes renuncias. Se dan por satisfechos con lo mínimo. Venden su primogenitura por nada.


9/9/12



(El vértigo de la humanidad:
la atracción irreprimible de la caída libre)



324.




Admitir nuestra inocencia es reconocer nuestra desprovisión y nuestros límites sin ignorar el impulso que nos pide ir siempre más allá. No obstante, estamos marcados por leyes de la naturaleza que interactúan en el plano que ocupamos. Acaso esa lucha por desmarcarnos de alguna manera, tal vez ingenuamente, de la naturaleza y regatearla sea semejante a la que expresaban los hombres frente a los dioses en la mitología clásica. El error humano actual reside en olvidar la alianza con la naturaleza y olvidar nuestra condición de aprendices de brujo. 



323.




La inocencia de la niñez en la órbita de cada individuo probablemente tiene su reflejo o su equivalencia en la inocencia de los diferentes estadios por los que ha transcurrido la especie humana. No deberíamos confundir inocencia con pureza. El niño es inocente en un sentido pero expresa también sus características naturales de agresividad, envidia, competitividad, etc., lo cual reduce su supuesta pureza a una categoría abstracta. El hombre -y más que nunca en el estadio histórico presente, de difícil nomenclatura-  es capaz de mostrar sus grandes y más constructivas obras y a la vez expresar su capacidad depredadora y hostil más abominables. Yo me reconozco en ese hombre inocente que encuentra acicate en el conocimiento, en la creatividad y en el intento de aproximación, comunicación y acuerdo entre los seres. Aun admitiendo que las trabas son grandes, los desafíos inciertos y el precio que se paga elevado.


    

322.




Y Miller continúa diciendo respecto al hombre que escribe: "Está intentando recapturar su inocencia, pero todo lo que logra hacer (escribiendo) es inocular el mundo con un virus de desilusión. Ningún hombre pondría una sola palabra en un papel si tuviera el coraje de vivir aquello en lo que creía". Compleja interpretación. ¿Pone a la inocencia como sistema de valores que queda desvirtuado en la madurez y deja al hombre desarmado? ¿Tal  vez por ello el hombre inventa historias, bien las ponga por escrito o adquiriendo formas de vida falsas que le justifiquen el resto de su existencia? Si la inocencia solo se vive una vez  -de ahí que nos fascine tanto el comportamiento de un niño-  ¿quiere decir que estamos condenados a que todo descubrimiento de adultos sea venenoso y no conduzca a ninguna alegría nueva? Me cuesta aceptar la idea de una pérdida definitiva de la inocencia. Por supuesto, las formas y el código de valores de la infancia se pierden antes o después. Pero ¿acaso no es la labor de prospección y hallazgo del hombre  -bajo sus comportamientos de artista, científico, diletante curioso, escritor, etc.- la manera de recapturar esa inocencia?   



321.




Henry Miller escribió en Sexus: "Un hombre escribe para expulsar el veneno que ha acumulado debido a su estilo de vida falso." Pienso si hay otro estilo de vida que no sea como él señala. Acaso por esa razón que expone Miller uno va marginándose lentamente de relaciones convencionales y de actos que no le dicen nada. Y se encierra en sus propios devaneos. ¿O se abre paso a través de ellos hacia espacios más llevaderos donde difícilmente pueden entrar otros? Desde luego la idea de alguna tierra prometida la perdí hace tiempo.  



7/9/12

320.




Tiempos extraños en que no se sabe si se emite antes la queja o se enuncia la duda.


319.




¿Desprenderse para hacer crecer otro cuerpo fuera del individual? Algo, al menos; con algo es suficiente. Probablemente ya se esté haciendo, sin que muchos lo adviertan. Y la historia de nuestras sociedades sea ante todo una historia nutricia, al menos en lo fundamental. Los tiempos duros pueden clarificarlo.


6/9/12




(Sentir el desprendimiento dentro de nosotros.
Entusiasmarnos con nuestra entrega al universo)



318.




Escribir como ejercicio de silencio activo. Aunque el magma sea sumamente ruidoso.



5/9/12

317.




Si hay silencio, que sea un silencio activo.


316.




Y sin embargo son los tiempos de incertidumbre los que nos ponen en el camino de buscar la claridad de las cosas. ¿Qué digo? ¿No es propio más bien de este tipo de tiempos la oscuridad, la confusión y la desesperanza, por lo tanto un arrojarse a una suerte de abandono? Evidentemente cuando se cuestiona la biología social también queda a la intemperie toda nuestra cultura. Si las necesidades flaquean en su satisfacción nuestra adquisición de conocimiento también corre sus riesgos. Pero solo caben dos posturas: o hundirse en la aceptación suicida del momento histórico o reaccionar comprendiendo siquiera en alguna pequeña dimensión este momento.





315.




Tal vez todos los tiempos vividos son tiempos inciertos. Aunque en ocasiones se den determinados ciclos que impulsan el sueño  -y el señuelo-  de la seguridad y casi el del paraíso alcanzado. Por supuesto, no para todos los mortales. El presente me hace comprender el pasado, con su conveniente relativización. Entiendo, por ejemplo, la severidad de mi padre a la hora de contener los gastos domésticos o su obsesión porque los hijos aprovecháramos los estudios y, como se decía entonces, nos labráramos un futuro. Ellos, nuestros padres, eran también presa de la incertidumbre. Puede que con mayores y poderosas razones, puesto que sabían de dónde venían y qué débil y costoso era mantenerse día a día.   



4/9/12

314.




Siento un profundo respeto por toda labor modesta y silenciosa de aquellos individuos que actúan a favor de la gente. En tiempos en que se defenestra con el lenguaje y el desprecio  -es legítimo criticar pero también cómodo e ineficaz si se limita a un improperio-  a muchos cargos elegidos electoralmente tengo que alzar una voz por los dignos, los sinceros, los desinteresados, los preocupados de verdad por la política. Porque los hay. Acaso entre los electos existan más figurones, oportunistas o simples seguidores de la voz del amo. Pero detrás, en bases activas, estén o no agrupados en entes, sean cuales sean esas agrupaciones pero siempre con fines de avance, hay gente cuerda, sensata, que aporta. Como les he conocido desde siempre y sé distinguirlos todavía tengo que hablar por ellos. Son los irreductibles, como Espartaco. Son los imprescindibles, que decía Brecht.




3/9/12

313.




Hijos del orden que no del caos. Aunque justamente hayan pasado a la historia siendo conocidos por la historiografía del sistema como anarcoides o subversivos, ellos reaccionaron contra lo establecido porque lo veían precisamente desordenado. No podían aguantar los efectos malvados que ese orden causaba. Revolucionarios, dentro de sus matices de tiempo y espacio y en sus modos de afrontar la denuncia social y ética, no dejarán de ser referentes para cualquier humano que desdeñe la barbarie. Pienso en Espartaco, por ejemplo, o en Savonarola o en Bartolomé de las Casas o en Rosa Luxemburgo y Karl Liebknech, cada uno de ellos afrontando situaciones de injusticia extrema. Pienso también en todos los disconformes anónimos cuyos nombres no irán más allá de su ámbito familiar o del olvido.


1/9/12

312.




Ese eterno principiante que es el hombre se trasciende a sí mismo, simplemente por inercia. Qué hay de hombre histórico y qué de hombre natural (componente de la naturaleza) son los dos espacios que forman como lo cóncavo y lo convexo una sola unidad. Seguramente la historia humana, que hace creer que el hombre se distanció de su origen primigenio como especie animal, reviste la complicidad de que hace gala precisamente por su instinto aún sumamente natural. Nunca podrá renunciar a él, ni siquiera en su disolución.





31/8/12



(Acaso el registro del principio está en la piedra)


311.




Me remito de pronto a aquel aforismo de Wallace Stevens: el hombre es un eterno principiante. ¿Tantos siglos de Historia detrás para estar siempre empezando de nuevo?

310.




La aparente reducción marxiana no puede ni pretende ocultar que la Historia es siempre historia de historias. Es decir que lo es también del lenguaje, de los gestos, de las conductas, de los silencios, de los deseos, de las ambiciones, de las creatividades...y así etcétera. Campo abierto, pero no para permitir que nos lo ocupen los controladores versión 1984 (anticuada ya, si bien clarividente, frente a lo que ha llegado) sino para que el ser humano lo llene de alternativas.


309.




La historia de la Humanidad es la historia de la expulsión de sudor y del derramamiento de sangre. No creo que esta constatación vaya en contra de que también la Historia sea la de la lucha de clases, con todos los efectos y manifestaciones que, a poco que se quiera enterar uno de lo que ha sido el paso del hombre por la Tierra, bien puede comprobarse.



308.




¿Por qué la sangre circulante nos remite enseguida a la antítesis de su estado natural? Su estado vivificante se silencia, se considera lo normal y obvio, pero en determinados momentos el símbolo vivo, metamorfoseado por los hechos de la discordia humana, se trastoca impunemente. Su mitificación se ensaña con el don que nos ha dado la naturaleza y la reconduce hacia su pérdida. Su derramamiento implica muerte. Surge el sacrificio. Ideología elemental con que se conjuran temores, se intentan aplacar fantasmas, se quiere demostrar imposición sobre el enemigo. Probablemente no siempre fue la sangre representación alegórica de las ofrendas. Es sabido que la miel, la leche o el vino jugaron un papel sustitutivo de la sangre. Pero, ¿se pretendía en el fondo evitar su efusión?  



 


29/8/12

307.




O la sangre símbolo de sangres, si se me permite redundar. La sangre del héroe, la sangre del cordero, la sangre del redentor, la sangre del perseguido, la sangre del proletariado. La mitología construye lenguaje con la sangre. E incluso doctrina. Por supuesto, se trata de la sangre derramada. Desde la muerte de Paris o Héctor hasta el último obrero o ciudadano muerto hay un trayecto de leyendas y de acontecimientos. Entre la ficción y la realidad expresa lo mismo. La sangre derramada: no hace falta que se sepan nombres. Me importa el anonimato de cuantos la derramaron. Los nombres no salvan. Dinámica e imparable, la sangre expresa la corriente de vida permanente. Hasta que la tragedia  -acto por excelencia de la sangre-  decide que se pueden despreciar las vidas. Pérdida de la nobleza humana.



 

306.





Iniciar el día con una extracción de sangre de tu cuerpo. Esas muestras rutinarias que te toman para comprobar que nada ha cambiado para que todo siga igual (o viceversa: que algo ha cambiado para que ya no sea lo mismo) Mirar tu propia sangre fuera de los conductos habituales, aunque sea durante este breve tiempo en que se queda en un tubito, tiene su ternura. Qué corto es el ojo, qué límites en ese vistazo en que no se ve sino el color denso de la propia masa líquida. La despides deseando que sea buena. Piensas entonces en lo terrible que tiene que ser un desangrado violento. Entiendes por qué es un símbolo de símbolos.


27/8/12




(Persiguiendo huellas encontré significados.
Estos siempre son más grandes y profundos que las meras imágenes)




305.




Paseo matutino por uno de los barrios de infancia. Ensimismamiento. Es lo que tiene dejar suelto el recuerdo. También a la búsqueda de huellas. Se mantiene la estructura de las calles, pero todos los edificios son recientes. Ni siquiera sobrevive el mercado. En su lugar veo, eso sí, una chapa en la esquina : Plaza del Mercado Viejo. La municipalidad borra así una improbable mala conciencia. Concesión de un pequeño tributo a la memoria de los cuatro vecinos antiguos que quedan en la zona. De pronto, la sorpresa. Reconocimiento de una casa donde habitó parte de mi familia. En aquel tiempo todos los edificios eran de la misma altura y éste era uno más. Ahora queda en desventaja, humilde, como encogido, ¡pero habitado! Me da en imaginar  -es recordar, pero prefiero llamarlo imaginar, como si lo estuviera recreando-  el puesto de melones y sandías al final de la calle. Me apunto un modesto triunfo; no por mí, sino por una supervivencia que, seguramente, los vecinos de los alrededores no entenderán. Miento: también por mí. Saboreo la imagen de ese pequeño testigo. 



26/8/12

304.




Me comunican la muerte de un amigo. Reacciono al primer golpe. He desalojado la palabra muerte, he disimulado la palabra amigo, he desestimado el cúmulo de comentarios. Por autodefensa, por emoción. He dejado paso a la memoria. Me siento tocado. La muerte de otro ¿es la muerte de un significado o de un manantial de significados? Pero se dirá que el significado permanece no obstante el individuo desaparezca físicamente. Sí, pero sabes que en el futuro estarás pensando siempre en los significados del pasado. Que la cadena se ha roto, no obstante lo que te hayas nutrido de cuanto te ha aportado el otro. Que hoy estás un poco más solo.





303.




En parte los hombres dependemos de lo que hemos generado a lo largo de la historia. La Naturaleza sigue estando presente, con sus leyes y su implacabilidad. Pero lo que hemos creado a veces también se vuelve implacable. El mal, por ejemplo. Las palabras, que son alas, que nos permiten volar y no solo entendernos entre nosotros, también pueden ceder al mal. No entiendo exclusivamente la palabra como técnica. Hace mucho que no es solo eso. Es también y sobre todo pensamiento, sentido, sentimiento, afectividad, introspección íntima que nos edifica y puente hacia el otro. Nos ha impregnado por todas las zonas de la naturaleza corporal, hasta lo más profundo. La palabra tomó nuestra casa hace tiempo. Para rehabilitarla, para hacerla nueva. Siempre que no cedamos, evidentemente, al mal.





25/8/12

302.




El poeta lo cantaba rotunda y concisamente: si muriera el alfabeto / morirían todas las cosas. ¿Hasta ese punto hemos llegado a depender de las palabras? Pensar con palabras, soñar con palabras, sentir con palabras, amar con palabras, dolernos con palabras, dialogar con palabras, silenciar con palabras...¿Tan lejos hemos ido? Y el poeta Federico: las palabras / son las alas, apostilla.



24/8/12

301.





Suelen producirse curiosas coincidencias con los recreaciones o testimonios de las narraciones que leemos. Incluso con autores de hace mucho y de culturas que, aparentemente, nos resultan ajenas. Estas coincidencias son las que nos aproximan a los autores y a las culturas, lo que hace que les sintamos como si, de algún modo, se reencarnaran en nosotros. Esas coincidencias obran como subterránea conciencia de que no vamos tan descaminados ni nos sentimos tan perdidos ni estamos tan solos en el mundo. Descubrir que un autor trata un tema que a mí me obsesiona me cura. En cada lectura que conecta conmigo abandono esa parte de banalidad que me hace perder el tiempo. Cada palabra clave que me deslumbra se trata de una porción de mi luz. Si alguien habla del asombro con análoga curiosidad que yo mismo percibo es porque se siente poseído por la misma atracción por el mundo por la que yo me siento. 



300.




La vida no agregó nada, salvo mi asombro. Es de una de las robaiyyat de Omar Jayyam. ¿Qué tengo yo del poeta persa? ¿Qué tiene Jayyam de mí?

 

23/8/12



(Contemplar la belleza de la acacia en las tarde de estío.
Dejarse pasmar por su gracilidad, escuchar los menudos compases
del cimbreo elegante y expansivo de sus ramas)



299.





Me corrijo. La propiedad de la belleza es tan física como cualquier otra recreación humana. O mejor dicho, la interpretación que hacemos los humanos de cierta parte de la vida y su sublimación. Acaso valorar la belleza es un asunto de divergencias más que de acuerdos.


22/8/12

298.




Tiempos estos en que las palabras y los conceptos no se avienen entre sí y tampoco con el hombre, no desde luego con el otro hombre, el que algunos desearíamos encontrárnoslo nuevo. Pienso en la idea tradicional de salvación, que siempre exige una encarnación (con sus secuelas alienantes) Tal vez Fedor D. no aclaraba que la condición absoluta de las palabras no conduce a ninguna parte. La belleza no puede salvar al mundo porque su propiedad no es física. Cierto que la belleza de las palabras  -la literatura-  por no salirnos del tema, ayuda, si se muestra material y relativa. El pasado demuestra que la belleza jamás salvó a los hombres (un vistazo al entorno de la Historia, por favor) Pero por lo menos ha servido para contener la dureza de nuestra condena.



297.




¿Cómo interpretar la frase de Dostoyevski la belleza salvará al mundo



296.




Sentir el frescor de la mañana no solo como una ventilación del cuerpo sino como una oxigenación de nuestros pensamientos y nuestras emociones.


21/8/12

295.




El amigo Nazario decía que había alternado en su vida tiempos muy sujetos a un horario estricto con otros en que iba absolutamente por libre. Que el secreto del vivir consistía en compensar los tiempos como quien combina alegría y tristeza sin inclinarse nunca definitivamente por el precipicio. Sin embargo, él sabía que no era verdad, que cualquiera de sus amigos, trabajando en fábricas y peonadas, sí que habíamos sido víctimas propiciatorias de la carencia de nuestro tiempo personal. Y con verdadero conocimiento de causa. Mientras que la vida aventurera que él había llevado, no exenta de esfuerzos y penurias, le había hecho más dueño de sus tiempos que a nosotros, los hombres de orden. Pero le gustaba darnos lecciones de chanza y sarcasmo. Así estáis vosotros, nos decía riendo desde su dentadura maltrecha, que tenéis cuerpos de esfera de reloj y caras de minutero y segundero.



294.




El uso del reloj se me revela como ponzoñoso y egoísta. Envenena nuestra disposición de los verdaderos tiempos de la vida por una parte y los reduce al hacernos creer insolentemente que somos sus propietarios. El reloj evoca la apariencia de un tiempo que no nos pertenece o, en cualquiera de los casos, del que somos meros usufructuarios en tránsito. Frecuentemente despilfarradores.



19/8/12




(Exótico vuelo el de los humanos.
Entre la claridad inalcanzable y las sombras que les aprisionan)


293.




Esa distinción que hace Abuljair entre la materia y sus recreaciones. Antigua persecución por parte de los hombres de esos dos ídolos llamados Verdad uno y Amor el otro. Los hombres vivimos reconvirtiéndolos en la causa cuando no son sino efectos efímeros y circunstanciales. Pero ¿qué poder contienen esos dos conceptos que cuando no se alcanzan los imaginamos? Tal vez una proyección de nuestra materia inacabada, en un mundo de Sísifo condenado también a la paradoja, en el que tienen que competir con nuestras sombras.

  

292.




Leer clásicos desconocidos. Clásicos de otras culturas, que es tanto como decir visiones. Orientales, por ejemplo. No importa que los autores estuvieran adscritos a una religión determinada, que no deja de ser a una ideología, pero también a una contemplación y justificación del mundo. La historia lo es también (habrá quien diga que sobre todo) del pensamiento y del contrapensamiento. Había leído rubaiyats de Omar Jayyam, mis favoritos, los insuperables. Reflexión y cuestionamiento, duda y comprobación, escepticismo y consuelo poético van de la mano de la rica experiencia y mejor descripción de Jayyam. Descubro ahora a otro autor de rubaiyats, Abusaíd Abuljair, que también escribió otro tipo de pensamientos. No me cautiva en principio tanto como Jayyam, pero me entusiasma esta cita de Abuljair a la que él llama misterio de la unicidad:

Verdad es paradoja, como lo es el amor. El agua, el viento, la tierra, el fuego son perfectos. Unidos crean el rubaí. De este modo crean el mundo, un mundo lleno de paradojas y en pos del amor.

Ese materialismo que contiene la cita me deja expectante y me acerca al escritor sufí. No sé decir más. Son lecturas que requieren fermentación, y por lo tanto, tiempo y sedimentación en la mente.





17/8/12

291.




Nunca desaparece del todo el Apartheid. Como supongo que hay en Suráfrica una división de clases con muchos niveles, la esencia de esa doctrina y práctica opresora permanece. Lo que durante décadas fue separación racial, con todas sus secuelas de injusticia, es ahora separación respecto al tratamiento de los derechos de las clases de abajo. Lenguaje convencional éste, se dirá, pero también real. ¿Qué pensará Nelson Mandela desde su vejez y su acumulación de memoria sangrante? No sé si nos va a llegar información sobre cómo está interpretando la multisociedad surafricana el crimen de ayer por parte de la policía del Estado. Los intereses de la extracción de platino son intocables para sus propietarios. Y esos intereses no desean sus dueños que sean frenados y demorados por la queja y la reivindicación obrera. De ahí que la barbarie actuara con su rostro más expeditivo, el precio de la vida. Es triste contemplar cómo las fuerzas de seguridad se nutren ahora de blancos y sobre todo negros, cómo la jefa que ordenó reprimir a los mineros del platino es negra, cómo se disparó descarnadamente, a bocajarro sobre un corro de mineros negros. Y cómo la sangre derramada sigue siendo roja. ¿No nos dice nada esto? ¿No está en esa sangre la esencia vinculante, la que nos suscita sensibilidad y rabia a miles de kilómetros y a unos cuantos paralelos?


290.




No hace falta pensar en la sensibilidad de los días. La sensibilidad es patrimonio de lo que denota la misma palabra. Y esa afinidad emocional, tan inteligente y aguda, salta con su resorte ante acontecimientos que nos han significado o significan. Ya sea en la órbita del entorno personal, de la memoria del pasado o de sucesos más ajenos pero que nos hablan. ¿Por qué nos hablan los sucesos exteriores, lejanos e incluso de ámbitos aparentemente no vinculados con nosotros? Tal vez porque los vemos nuestros. Antiguamente, la información tardaba en trasladarse y podía ser sometida a la interferencia del interés político, de la propia degeneración en su transmisión y a su conversión en leyenda. Hoy es de otra manera, aunque no del todo. La transversalidad manipuladora de la política permanece, por ejemplo. Los acontecimientos nos afectan porque compartimos culturas cada vez más semejantes, porque todos tenemos un sustrato de sentido moral (en mayor o menor medida) sobre la justicia, la perversión o la explotación del hombre por el hombre. ¿A qué viene todo este discurso menor? Vi ayer por la noche unas imágenes en un noticiario sobre una matanza de mineros en Suráfrica. Me abochorné. Me vine abajo. Sufrí. Llámenme afectado, si gustan. Pero no necio.


16/8/12

289.




Que Sor Juana Inés de la Cruz dialogue con el Pensamiento (triste le llama, según su ironía) y se dirija a él con nombre propio, me parece no solo un acierto sino una ocurrencia de lo más reflexiva (ver entrada 286) Esta mujer autodidacta, experimentada, estudiosa cabal e irrenunciable lectora febril, se decidió por el convento, como el medio a través del cual podía preservar y ejercitar sus verdaderas vocaciones (las que acabo de citar, se entiende; la otra, la religiosa, siempre se justifica más fácilmente y cabe darla por condición sinequanon) Perteneció a un tiempo, a una sociedad y a una cultura que no dejaba demasiadas opciones a una mujer que deseara conocer y escribir, discurrir con el pensamiento y mantener debate, ser culta y mantenerse independiente de la opción matrimonial. Su elección personal hay que entenderla en una clave estrictamente propia de ella, que había sido una mujer mundana, con conocimiento de corte y de sus entresijos. Hay mucho más que saber, pero me quedo ahora en citar simplemente el deleite que supone leer su poesía que, no obstante el barroquismo que hoy apenas llama, está vigorosa y plena de agudeza e ingenio, aunque, como ella canta en el romance:

Sírvame el entendimiento
alguna vez de descanso,
y no siempre esté el ingenio
con el provecho encontrado.

Una mujer de todos los demonios, por más que eligiera una causa divina.




15/8/12



(¿Escudriñamos o nos escudriñan?)





288.





Y sin embargo, ya se avanza en esa dirección. Prever, llegar antes de que el mal del cuerpo llegue. Entre la fortuna y la incertidumbre, ya no somos Jules Verne simplemente. Pero, ¿cómo estar seguros de que las alteraciones para evitar unos males no generan otras disfunciones? Los técnicos que investigan dicen que también están en ello. Cerré los ojos, vi cuerpos luminosos que giraban en la niebla, me habla el eco de Alejandra. Sortear la suerte.



287.




¿Existe la piedra de la locura y a estas alturas no la ha encontrado todavía la ciencia? La ciencia ha prospectado mucho, ha estudiado parte y ha comprendido un determinado nivel. Aún queda un largo camino. Aún llegará a verse más lejos de lo invisible. ¿Tal vez la predicción? Sería tan arrebatador como angustioso saber cómo, cuándo y por qué de muchas manifestaciones del cuerpo. Un poco a la carta del individuo. Por supuesto, desarrollará mucha industria y mucho comercio. Pero entonces, ¿vivirá el cuerpo para el placer y la satisfacción o quedará atrapado en caminos sinuosos que se nos ofrecerán como garantes de un mito llamado salud?


14/8/12

286.




Nos pasamos la vida pretendiendo transparencia, pero solo hay opacidad. Esa opacidad a veces nos invade de tal manera que permanecemos en un estado en que parece que no entra ni sale nada de nosotros. Nos dejamos llevar por los ritmos, obligaciones y compromisos cotidianos de la manera mecánica que hace años aprendimos (en parte nos enseñaron) Triste aprender donde los días se suceden cerrados, y los llevamos de mala manera si encima no nos van las apariencias y creemos escasamente en el poder de la ficción convencional. Pero mira que ya hace tiempo hubo quien meditó sobre ello. Ahora lo descubre este mortal espinoso y el romance me hace crecer:

   Finjamos que soy feliz,
triste Pensamiento, un rato;
quizá podréis persuadirme,
aunque yo sé lo contrario:
   que pues sólo en la aprehensión
dicen que estriban los daños,
si os imagináis dichoso,
no seréis tan desdichado.

Son los primeros versos de un romance de la poeta lírica mexicana Sor Juana Inés de la Cruz, tan maravillosa como desconocida. Me expulsa de la indolencia de los últimos días.


12/8/12

285.




Había pensado iniciar este texto diciendo mención aparte requieren todas aquellas piedras que el cuerpo humano genera en su interior. Pero nada de mención aparte. Mención en línea con cualquier otro territorio de la naturaleza. El cuerpo humano o de cualquier especie de los mamíferos desarrolla su propia capacidad de sedimentación. No sé si los minerales que formamos son hijos directos de nuestros nutrientes o maneras peculiares de comportarse algún órgano, o una combinación de ambos factores. Así que nada de aparte: mención, y de honor, a aquellas partículas, piedras y pedruscos que nuestros riñones, vegijas, hígados o vesículas suelen aportarnos para mayor constatación de nuestros límites y para muestra de que no debemos olvidar la propia materia de la que estamos hechos. Eso sí, solo les pido a esas piedras de nuestros órganos secretos bastante benevolencia y harta brevedad cuando decidan manifestarse y hacernos retorcer por los suelos.