19/3/12

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Si hay una palabra displicente y absurda que leo u oigo frecuentemente es letraherido. Herido, ¿por qué? ¿Por las letras escritas o por las leídas? ¿Que escoge letras que hieren? ¿Hiere su superficie o el contenido, es decir, las ideas que lleva detrás? Vocablo con cierto aire de romanticismo trasnochado y residual, que solo encuentro reconocido en el Diccionario del español actual, de Seco-Andrés-Ramos, tanto en su acepción de adjetivo como de nombre. Reconozco que tiene cierta acogida y busca transmitir una íntima sensación, cuyo objetivo puede ser sorprender al auditorio. Mas no puedo evitar que halle en esa palabra un alto grado de afectación. Quien la pronuncia o la escribe -uno, que es un letraherido, suele decir o escribir con aires suficientes el autor o el aficionado a leer-parece que soltara al final un ¡ay! largo, como suspiro prolongado. Como si esperase una acogida briosa y entregada de los lectores o de los oyentes. No me parece una palabra, mucho menos un fonema, más bien me suena a onomatopeya de un mártir de la escritura adolescente. ¡Con lo que le queda a cada cual por delante! (En esto de leer o escribir, o que parece que se escribe)


2 comentarios:

  1. Las modas también llegan a la Lengua. ¿Se consolidarán “música, color, volumen… herido”? Saludos.

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  2. Totalmente de acuerdo, y me alegro que alguien toque esta palabra tan rancia y ranciamente usada por gente joven (menos mal que nos queda Portugal)

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