Llegar del hospital, de estar con una persona allegada, y además de toda la vida, y sentir el escalofrío. La fragilidad de ese ser, que además de estar amenazado se siente amenazado, lo relativiza todo. La vuelta del cuerpo contra sí mismo en otra persona nos fuerza un difícil y ambivalente diálogo interior. El ego que nos engaña: tú no. El mensaje que nos llega y rechazamos con premura: tú puedes estar así.
Parece que hoy va a ser día de pensar...
ResponderEliminarExactamente, es así y ahí mismo nos encontramos. Expándase a todo el género mamífero, cuanto menos, y veremos como se disuelven identidades comenzando por la más cercana y reina el silencio verdadero.
ResponderEliminarContrapóngase a cualquier actividad humana histórica y personal a cincel de simple observación y ......
...... y cómo Tántalo no queda otra que permanecer enganchados a cada quimera personal.
ResponderEliminarQuimera personal y - o colectivas, que se desdibujan los trazos a ciertos niveles.
ResponderEliminara cualquiera le pasa
ResponderEliminarsaludos