En tiempos de ruido se oirán las viejas palabras; las viejas por rancias, quiero decir. Porque hay muchas palabras antiguas que son sesudas y muy frescas. Pero los nombres de quienes pronunciaron éstas y cuyo sentido y verdad siguen en vigor no suelen ser recordados, porque escuecen a la vaciedad de nuestra era y a quienes se creen propietarios de nuestros ámbitos. Esas palabras paridas por el ruido que se emitirán de modo altisonante hasta hacer rechinar nuestras neuronas, por ejemplo servicio a la nación, continuidad, unidad, sacrificio, entre tantas otras, es decir, las de siempre, se verán acompañadas por imágenes de falsete y de dudosa credibilidad. Sospechad de las palabras hueras, que son siempre sinónimo de carencia (carencia de prudencia, de fortaleza, de sinceridad, de reconocimiento, de respeto, etcétera) Intentarán sustituir con ellas lo que no se nos concede con hechos nuevos ni estructurales que mejoren la convivencia colectiva. Atentos, pues, a las andanadas de la necedad. Pues como dirían en aquellas películas del oeste: hombre blanco hablar con lengua de serpiente.
Tienes toda la razón.
ResponderEliminarEstamos rodeados de palabras con mensajes vacíos, o en su defecto tan ambiguos que donde dicen amarillo es blanco. Hay que estar alerta y escuchar más allá de lo que se oye, y siguiendo con las pelis de los indios, seamos ese otro 'hombre blanco: Astuto'
Besos,
Nená