Sí, soltar lastre. Por cierto, en relación a estas fotos que insisten sobre el mismo motivo que decora tu estantería, me llaman la atención los títulos de tus libros de arte, porque algunos también están en mis estanterías. No es casualidad, desde luego.
Quizás aprender a desprenderse -tanto de lo que daña como de lo que nos cobija- resulte ser el centro de nuestro crecimiento espiritual, de nuestro vital aprendizaje.
Magritte merece un comentario. Convertir vidrio en una zanahoria sólo está al alcance de quien tiene dos pupilas en sus ojos. Un abrazo y enhorabuena.
ResponderEliminarSí, soltar lastre. Por cierto, en relación a estas fotos que insisten sobre el mismo motivo que decora tu estantería, me llaman la atención los títulos de tus libros de arte, porque algunos también están en mis estanterías. No es casualidad, desde luego.
ResponderEliminarOtro abrazo.
Quizás aprender a desprenderse -tanto de lo que daña como de lo que nos cobija- resulte ser el centro de nuestro crecimiento espiritual, de nuestro vital aprendizaje.
ResponderEliminarun abrazo
Es fácil... no duele y sí satisface y sí contribuye y sí construye.
ResponderEliminarEsa mujer era demasiado pétrea. Y demasiado transparente...
ResponderEliminarQué gran salto. Necesario, casi imprescindible.
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