Sensación embargante -¿por qué no también embriagante?- de otoño. Nada empieza, nada termina. Todo es. El día que lo entendamos nos dará sentido. Y aunque no lo lleguemos a comprender, seguiremos siendo. Más allá de nosotros. Aunque no lleve la soberbia de nuestro nombre y de nuestra presencia. Porque todos somos -y acaso principalmente- una o varias formas de alteridad, sea cual sea la materia.
Los principios y finales nos sirven para hacer paradas a lo largo del año y hacer más llevadero su paso.
ResponderEliminarhas dado con la idea
ResponderEliminarsaludos
...nada empieza, nada termina, todo es. Instantes, no es tiempo, es vida.
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