4/12/14

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El brusco despertar le depara preguntas que suenan a fantasía de infancia. ¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿A dónde me dirijo? Viejas preguntas. Inútiles, equívocas, incluso falaces. A él no le interesa saber quién es. Es hijo del devenir, luego también es devenir. Conocer dónde se halla...¿de qué le serviría? Cuestionarse el saber dónde va le produce una carcajada impetuosa y mordaz. Piensa si no será mejor ignorarlo casi todo. Al fin y al cabo vivimos dejándonos llevar. Y ya es suficiente.



4 comentarios:

  1. Vivir y darse cuenta de ello es mas que suficiente.

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  2. Hay que continuar el ciclo, hay que ser más dakota.

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  3. Tal vez...aunque no resulta nada fácil dejarse llevar. Hay como una cierta resistencia, un enfrentamiento ante lo inevitable...una obcecada tosudez por cambiar las cosas.

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