11/7/14

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En dos lugares del mundo alejados el uno del otro se juegan sendos partidos de obscenidades que convierten el planeta entero en una cancha que nos compromete a todos. En Brasil la obscenidad de mirar desde y para otra parte de la naturaleza humana ignorando, a través del juego, las desdichas mucho más crueles de otros hombres. En Gaza, la obscenidad del crimen y la perpetua cautividad en directo. Tal vez ambos campos de juego no disten tanto entre sí. Y la pasividad de medio mundo y los intereses autoritarios y cada vez más fanatizados de otro medio acaben haciendo del planeta un terreno de juego aciago de penaltis inapelables.



2 comentarios:

  1. A que, visto lo visto, entran ganillas de renunciar a nuestra condición.?

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  2. Hola.Primero agradecerte que seas seguidor de mi blog; eso me ha hecho venir a visitar a este personaje que ni siquiera saluda cuando llega.

    Y viendo tu blog, creo que forma parte de tu sobriedad; eso me gusta.Me marean esos vertiginosos blogs centelleantes y recargados.

    Sobre tu texto, te digo que me gusta mucho la reflexión que haces sobre el mundo en que vivimos impasibles.Ninguna tragedia humana, ninguna llamada a la solidaridad, mueve tanta gente y emociones como el fútbol.

    Voy a seguir leyendo tus escritos. No veo cómo hacerme seguidora para que me lleguen notificaciones de tus entradas.

    ¡Ah!, también me gusta que tengas una salamanquesa en el icono de la cabecera. Me gustan mucho estos y todos los animales.

    Saludos.

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