10/8/12

282.




Este tiempo (tempo) del verano en que se manifiestan las patologías sociales de manera exacerbada. Exhibiciones de mis vacaciones, de mi cuatro por cuatro ranchera, de mi viaje, de mis comidas con nécoras, de mis modelitos veraniegos, de mi cargo laboral o de mi empresa (sic, cuando quienes son tal vez simples peones en una fábrica o tienen un quiosco hablan con desconocidos de los que se pretende amistad, ), de mis hijos colocados (suele ignorarse a los hijos en paro o no decir que el colocado cesó recientemente), de mi título profesional (aunque se encuentre sin trabajo), de mi hombre o de mi mujer (reservado para parejas más bien jóvenes y sin curtir) Hay que leerlo así, en cursiva, personalizando con énfasis (acaso debería haber puesto el tilde del acento para hacerlo más obvio) De lo contrario no se captaría el significado con que los mis pretenden ser reconocidos. Ay, ese reconocimiento de la apariencia. Cuán frágil, equívoco y pestilente puede resultar.



2 comentarios:

  1. De vez en cuando amigo mío, debemos ser generosos y dejar que esos pedantes den un poco de comida a su propio ego, ya que el resto del año suelen pasarlo arrastrando lo poco que les queda de su dignidad por los suelos.
    Un abrazo.

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