27/5/12

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¿Acaso el dolor de todo un pueblo será mayor que el de cada uno de sus individuos?, oigo decir a Chantal Maillard en una lectura donde toca el tema del dolor derivado de las guerras. A mí también me indignan los datos que no sirven para nada, salvo para esquivar las responsabilidades compartidas sobre las acciones cruentas. El dolor ajeno se suele ignorar, parece que no conviene escuchar el dolor del mundo. Nos enseñaron a oir, y mal, aquel que resultaba próximo y del que se hacía causa de beneficio político. La suma de los muertos y su envolvimiento en banderas o naciones no pueden imponerse nunca al dolor individual. Es la persona quien muere, no la nación ni el Estado ni la religión ni la ideología. Interesa que el dolor individual quede soterrado, porque el individuo pregunta siempre y ello es incómodo, y la masa consiente, lo cual se reconoce (malévolamente) como lo oportuno.





2 comentarios:

  1. Me quedo con tus últimas palabras porque me parecen muy pertinentes;"el individuo pregunta siempre y ello es incómodo, y la masa consiente, lo cual se reconoce (malévolamente) como lo oportuno". Eso es, exactamente.

    Un saludo.

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  2. Parece que olvidamos que la masa es una suma de individuos. Muchas voces conforman un gran grito.

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