19/5/12

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Tentación a la que no me resisto jamás al encontrarme al borde de un pozo: tirar una piedra. Calcular en tensión el tiempo de caída. Imaginar la geometría que describe la velocidad del guijarro en el vacío. Estar atento al ruido que se produzca al llegar al fondo. Dilucidar si el impacto es seco o se percibe un chapoteo. Fantasear con que soy ese objeto vertido y que, ingenuo de mí, no tocaré fondo nunca.


5 comentarios:

  1. Yo añadiría alguna mas, y sobre todo cuando veo la cara de algún político o mangante en algún medio de comunicación diciendo payasadas..
    Un saludo.

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  2. El pozo sin fondo es una metáfora ambivalente.
    un saludo cordial

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  3. Yo siempre miro, esperando con temor ver algo más que mi reflejo.

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  4. De alguna manera, al acompañar la piedra cuando cae -también la tiro- no puedo dejar de sentir vértigo.

    Un abrazo.

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  5. La sensación irresistible de la duda letal que si al caer lo único con lo que me tope sean los reflejos de mis decepciones.
    Saludos.

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